Todos los animales del bosque estaban en pie de guerra para proteger a la Reina de las Mariposas, y un ejército de abejas, avispas y abejorros fue tras Mariel. Corriendo despavorida, la niña entró en su casa dio libertad a las mariposas que retenía. Desde aquel día, la niña no volvió a cazar ni una sola mariposa. Todos los días iba al bosque y las observaba y les hacía fotografias volando en total libertad, y con el tiempo todos los animales del bosque se le acercaban y la respetaban. Después de quitar a la libélula del cazamariposas, volvió Mariel a empuñarlo y, cuando ya estaba a punto de dejarlo caer sobre la preciosa mariposa, un abejorro se le echó encima y…¡la reina de las mariposas levantó el vuelo! Subió lentamente por el tronco de un árbol y, cuando estaba a punto de capturarla la imagen de la niña se reflejo en el agua y el precioso insecto echó a volar. Mientras miraba con la esperanza de encontrar otra mariposa para su colección, Mariel vio sobre el tronco de un árbol medio caído una preciosa mariposa con unos colores y formas que nunca había visto antes, la bonita mariposa se recreaba con su imagen en el agua. Pero cuando iba a cazárla, una libelula se lo impidió sujetando la red. La reina de las mariposas
Mariel tenía una gran colección de mariposas que había ido capturando en el bosque cercano a su casa. Un día, paseando por el bosque vio a una hermosísima mariposaposada sobre un nenúfar en medio del estanque. Preguntó ella:
- Uno mató a ninguno, ¿qué es esto?
Respondió él:
- Un cuervo que comió de un caballo envenenado y murió a su vez.
Siguió ella preguntando:
- Y mató, sin embargo, a doce, ¿qué es esto?
- Son doce bandidos, que se comieron el cuervo y murieron envenenados.