Al anochecer, cuando despidió con la mano al canguro y lo vio alejarse dando brincos en la oscuridad, Lily sintió una gran tristeza, aunque sabía que esta vez no se alejaría demasiado. En adelante, aquel paraje sería un lugar seguro para todas las aves y los animales de los bosques de Australia. - ¡Pero si es su hijito! ¡Ya se han encontrado! ¡Qué felices seremos todos ahora! Lily se volvió y, al ver al canguro y a la cría, dijo: Fíjate, tu canguro tiene a nuestra cría… la que se encontró Jack la semana pasada cuando salieron a cazar canguros. La madre de Lily levantó la vista y al ver aquella carita gris asomándose por el borde de la bolsa, dijo: