Aquella misma noche retornaron a palacio, donde tuvieron un hijito que, con el tiempo, se convirtió en un apuesto joven. Y durante muchos años viveron los tres completamente felices. Como el príncipe ya no se acorbada de su bella esposa y se disponía airse con la otra princesa desencantada, la primera echó mano al huevo y lo partío formulando el fervoroso deseo de que su esposo recobrase la memoria y marchara con ella a su hogar. Inmediatamente se efectuó el milagro pedido por la afligida esposa, pues el príncipe recuperó su memoria, dejó a la coqueta princesa y se echó en los brazos de su dulce consorte. La princesa marchó hasta el mar Rojo y, una vez en el sitio donde seguían luchando el león y el dragón, sacó su cajita y formuló este deseo: que su esposo venciera al dragón y recobrase la forma natural. De inmediato se realizó el prodigio, pues el león venció al dragón, matándolo de un zarpazo, y acto seguido el príncipe recobró su forma humana, pero ¡oh, desgracia!, también el dragón muerto se transformó en una joven y hermosa princesa, la cual se acercó al príncipe y le abrazó, y el el acto el... Lleva tu cajita que te regaló el sol y el huevo que te dió la luna, y esos objetos te servirán para salvar a tu marido y traértelo ya en forma humana. Sí, via la palomita blanca volando sobre el mar Rojo, pero de pronto se transformó en león porque ya transcurrieron los siete años del encantamiento. Cuando se convertió en león, fue atacado por un dragón, que es una princesa encantada que pretende separarlo de ti.