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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Soy Cristina. Hola a todos y especialmente a Milagros....

Soy Cristina.
Hola a todos y especialmente a Milagros. Lamento no haber asistido finalmente al baile del día 13 en la Plaza, pero la verdad es que cuando vamos a Alconchel, lo de subir a la plaza y hacer relaciones públicas no es lo nuestro, porque estamos acostumbrados a estar absolutamente relajados, desconectar completamente y todo eso. Es una auténtica cura terapéutica anti estrés (y eso que ahora con la niña no es lo mismo). De todas formas, me alegró muchísimo conocerte personalmente y comprobar cómo una casualidad informática se puede convertir en una realidad.
Este año hemos pasado muy pocos días en Alconchel y además han sido un poco moviditos con los niños y otras cosas, pero es curioso que después estuvimos en Benasal (Castellón) y al pasear por las montañas descubrí plantas y bichitos que había cuando era pequeña en Alconchel y que hacía mucho que no veía: luciérnagas, de las que había decenas en el jardín de nuestra casa y que yo guardaba en cajitas a montones, malvas, de las que mi madre plantaba de todos los colores y crecían grandes varas y se llenaba el jardín, panecillos, aquéllos matorrales silvestres que tenían una especie de simiente verde y redonda que nos comíamos porque tenía forma de pan de pueblo... El caso es que ahora cada vez hay más cosas que me recuerdan a mis tiempos de niña en Alconchel y me llena de alegría profunda y sanadora. Los olores... Mi madre tenía el jardín lleno de sándalo y cuando regábamos por la noche toda la casa olía profundamente. Ahora tengo sándalo en mi terraza y cada vez que paso delante de él lo aprieto en mis manos para inhalar su aroma; el efecto es inmediato: PAZ y relajación absoluta, acompañada de una sonrisa involuntaria. Bueno, un saludo a todos y me alegro si alguna de estas cosas os ha hecho sentir bien o recordar algo agradable.