Como digo en la descripción del título, vamos a ver cómo funciona el nuevo editor del foro. Transcribo el mensaje que, en su día fue imposible subirlo. Nunca pude averiguar por qué era rechazado, éticamente creo que ningún término puede infringir cualquier reglamento. Será una alegría para todos, el poder expresar a nuestra manera, nuestras vivencias y, que sin dificultad puedan difundirse a todos, máxime cuando siempre hemos cuidado los respetos que nos debemos las gentes de bien, sin intenciones, todo lo contrario, de molestar a nadie.
Bien, va; un poco mas de murga, pero dejo acabado lo del CASE, tractorcillo rojo, que no amarillo. Y Milagros, toda esa ocupación mía con él, era por los años 50, principio de los 50. ¿Te das cuenta?.
Pues resulta, que mi padre había hecho importar un conjunto motor de repuesto, porque la fuga de agua, era por una camisa de un cilindro. Pero como con el truquillo mañanero de aflojar el tapón del aceite y purgar el agua, resolvíamos el problema, pues allí quedó olvidado el repuesto. Así que años mas tarde, en esos ratos perdidos; yo no leía tebeos en la siesta.. Aficionado a la mecánica como yo lo era, me dio por desmontar el motor para cambiar el equipo por el nuevo. Todo ello con la ayuda y ánimos de Fernando de Villaescusa, que entonces estaba con nosotros.
Manos a la obra, y pieza por pieza desmontábamos el motor. Pero hete ahí, que al quitar el colector de admisión, veo dos cosas: una, unos casquillos limitadores de entrada en las cámaras de admisión en la culata, disminuyendo el diámetro de entrada de gas, y otra, que el colector estaba esclerosado de carbonilla, apenas le quedaba un 30 o 40% de luz.
Pues rápidamente, a la fragua de Villalgordo a poner al rojo vivo el tubo y quitarle toda la escoria que llevaba. Después, con una buena lija pulir las rebabas hasta donde era posible y apartar los casquillos limitadores de flujo, para montar el motor sin ellos.
Desde aquí, tanto Fernando como yo, sabíamos que habíamos dado con el problemazo de arranque y falta de potencia del cacharro. Y eso que, en varias ocasiones había pasado por el taller de Marcial de Villares. Nuestro nerviosismo no podía ser mayor hasta ver terminada la faena. La carbonilla depositada en el colector, además de alimentación vertical, con carburador por debajo de la culata, absorbía la mezcla y no llegaba a los cilindros, después la borrachera era segura, y que se comunicaran las bujías y se perlaran también, con tan poco paso.
Una vez finalizado el montaje y realizada una exquisita puesta a punto del encendido de magneto, no quedaba mas que poner la manivela y ver el resultado, que no podía ser otro que, con bujías nuevas al cuarto de vuelta su corazón empezara a latir, y una y mas veces el arranque era inmediato, en el aceite ya ni trazas de agua. Su subida de vueltas al tirar del acelerador (de mano) extraordinaria.
Pronto enganchamos unas vertederas, que anteriormente ni podía moverlas y me fui a probarlo al arrañal de mi abuelo, atravesar el pueblo abusando un poco de acelerador, con el tubo de escape libre que llevaba, fue una apoteosis, el rugido hizo salir a la gente, a ver que era aquello y los chavales me seguían. Puesto en besana y clavando el arado a fondo, se podía apreciar el considerable aumento de potencia, que con el motor en vacío daba miedo, que se pasara de vueltas. Los veteranos asiduos a la esquina acudieron y ni siquiera se lo podían creer lo que veían.
Con este relato creí que iba a terminar la historia, pero se me ocurre, que tendría que explicar también cual fue la causa para una máquina fabricada en USA y con el prestigio de marca que todos conocemos, le hubiera ocurrido este percance y nos diera tantos quebraderos de cabeza, máxime cuando Don Moisés tenía otro tractor igual y marchaba estupendamente. Y con ello sé, que aburriré a la mayoría, pero también sé que, nos leen aficionados a la mecánica, que seguro podrían contar batallitas como esta y de mayor enjundia, también. Además a los TOPILLOS le vendrá bien, saber de estas experiencias, para cuando abandonen el horadar a pies y se motoricen. Pero eso lo dejaré para otro día.
Saludos cordiales
Gabriel
Bien, va; un poco mas de murga, pero dejo acabado lo del CASE, tractorcillo rojo, que no amarillo. Y Milagros, toda esa ocupación mía con él, era por los años 50, principio de los 50. ¿Te das cuenta?.
Pues resulta, que mi padre había hecho importar un conjunto motor de repuesto, porque la fuga de agua, era por una camisa de un cilindro. Pero como con el truquillo mañanero de aflojar el tapón del aceite y purgar el agua, resolvíamos el problema, pues allí quedó olvidado el repuesto. Así que años mas tarde, en esos ratos perdidos; yo no leía tebeos en la siesta.. Aficionado a la mecánica como yo lo era, me dio por desmontar el motor para cambiar el equipo por el nuevo. Todo ello con la ayuda y ánimos de Fernando de Villaescusa, que entonces estaba con nosotros.
Manos a la obra, y pieza por pieza desmontábamos el motor. Pero hete ahí, que al quitar el colector de admisión, veo dos cosas: una, unos casquillos limitadores de entrada en las cámaras de admisión en la culata, disminuyendo el diámetro de entrada de gas, y otra, que el colector estaba esclerosado de carbonilla, apenas le quedaba un 30 o 40% de luz.
Pues rápidamente, a la fragua de Villalgordo a poner al rojo vivo el tubo y quitarle toda la escoria que llevaba. Después, con una buena lija pulir las rebabas hasta donde era posible y apartar los casquillos limitadores de flujo, para montar el motor sin ellos.
Desde aquí, tanto Fernando como yo, sabíamos que habíamos dado con el problemazo de arranque y falta de potencia del cacharro. Y eso que, en varias ocasiones había pasado por el taller de Marcial de Villares. Nuestro nerviosismo no podía ser mayor hasta ver terminada la faena. La carbonilla depositada en el colector, además de alimentación vertical, con carburador por debajo de la culata, absorbía la mezcla y no llegaba a los cilindros, después la borrachera era segura, y que se comunicaran las bujías y se perlaran también, con tan poco paso.
Una vez finalizado el montaje y realizada una exquisita puesta a punto del encendido de magneto, no quedaba mas que poner la manivela y ver el resultado, que no podía ser otro que, con bujías nuevas al cuarto de vuelta su corazón empezara a latir, y una y mas veces el arranque era inmediato, en el aceite ya ni trazas de agua. Su subida de vueltas al tirar del acelerador (de mano) extraordinaria.
Pronto enganchamos unas vertederas, que anteriormente ni podía moverlas y me fui a probarlo al arrañal de mi abuelo, atravesar el pueblo abusando un poco de acelerador, con el tubo de escape libre que llevaba, fue una apoteosis, el rugido hizo salir a la gente, a ver que era aquello y los chavales me seguían. Puesto en besana y clavando el arado a fondo, se podía apreciar el considerable aumento de potencia, que con el motor en vacío daba miedo, que se pasara de vueltas. Los veteranos asiduos a la esquina acudieron y ni siquiera se lo podían creer lo que veían.
Con este relato creí que iba a terminar la historia, pero se me ocurre, que tendría que explicar también cual fue la causa para una máquina fabricada en USA y con el prestigio de marca que todos conocemos, le hubiera ocurrido este percance y nos diera tantos quebraderos de cabeza, máxime cuando Don Moisés tenía otro tractor igual y marchaba estupendamente. Y con ello sé, que aburriré a la mayoría, pero también sé que, nos leen aficionados a la mecánica, que seguro podrían contar batallitas como esta y de mayor enjundia, también. Además a los TOPILLOS le vendrá bien, saber de estas experiencias, para cuando abandonen el horadar a pies y se motoricen. Pero eso lo dejaré para otro día.
Saludos cordiales
Gabriel
Buenas tardes a todos. Esto que sigue entrecomillado lo escribió Gabriel hace tres años. Ahora parece que se lo haya tragado la tierra y ya no aparece ni para decirnos Hola. No tienes excusa Gabriel, y no vengas a decirnos que ya estás como el tractorcillo que no te vamos a creer. ¡Anda estírate un poco y escribe algo, hombre.
"2007-02-10 00:41:39 Lo que continuaba, de lo del tractorcito rojo, el cangrejo CASE, que también tenía marcha atrás, y me hizo dormir algunas noches en la era, es lo siguiente: Resulta que, por las mañanas temprano arrancaba cuando quería. Funcionaba con petróleo, aunque tenía un depósito para gasolina de unos 5 litros, para un mejor arranque en frío, una vez arrancado, se cerraba el grifo de la gasolina y se abría el del petróleo, el principal. Además tenía otro intríngulis, de origen, vino con un poro en el bloque y se pasaba el agua de refrigeración al carter del aceite, con lo cual, antes que nada, había que aflojar casi hasta el final de las roscas el tapón de vaciado del aceite, con mucho cuidado, para dejar salir el agua, que mas pesada quedaba abajo, moviendo de un lado para otro el tapón, pero sin que se desenroscara del todo, y se saliera todo el aceite. Bien, pues esto último lo hacía muy bien RinRán, le había cogido el truquillo. ¡Ah, pero y el arranque!. Eso era harina de otro costal. Ni que decir, que las baterías se las machacaba el tractorcillo que daban gusto, bien por las grandes palizas que se les daban, intentando que arrancara en vano, o por las calenturas que pasaban, sufriendo las altas temperaturas provocadas por el tapizado del radiador con la paja y el polvillo circundante. Y claro, sin batería, a darle vueltas de manivela, una, dos tres, y mil vueltas, y que si quieres arroz Catalina. Los mozos se turnaban, y ya sudaban como si fuera el mediodía. Y cuando menos se lo esperaban, ¡zas arrancaba!, y qué peligro ante el inesperado y espontáneo arranque, la manivela podía quedar retenida en el eje, por no haberla retirado a tiempo, con un ligero estirón hacia fuera, y se me pone la carne de gallina, al recordar la situación; aquel manubrio girando locamente y con la pasibilidad de desprenderse y llevarnos a todos por delante. Gracias que nunca pasó, pero podía haber pasado. Rápidamente a cortar el encendido. ¡y otra vez a empezar!. Y ahora entro yo. Duermo en la hacina y me despiertan, que no arranca. Cuando la era estaba en el corral, me levantaba desde mi cama; pero ahora ya sabéis, por qué me decidí ir a dormir a la era, la auténtica, allí, casi cerca del molinillo. RinRán había tirado la toalla, y Julián sabía que conmigo arrancaría sin duda. A ver, dos o tres vueltas, con el aire cerrado, el acelerador puesto en el punto óptimo ya consabido, retraso de encendido al máximo, purga en el carburador, y ahora, dos vueltas mas enérgicamente, y era el optimismo de Julián o mis buenas artes, los que hacían que el bicho se pusiera en marcha. ¡Que le vamos a hacer, así eran las cosas! Dejo para otra entrega la explicación del por qué de las dificultades de arranque, que descubrí algunos años mas tarde, cuando este tractor ya no se usaba y estaba relegado en un rincón de la cochera. Así que Milagros, muchos menos quebraderos te dio a ti el buenazo del Marbella; pero no nos has dicho, qué bólido conduces ahora. Saludos cordiales Gabriel."
"2007-02-10 00:41:39 Lo que continuaba, de lo del tractorcito rojo, el cangrejo CASE, que también tenía marcha atrás, y me hizo dormir algunas noches en la era, es lo siguiente: Resulta que, por las mañanas temprano arrancaba cuando quería. Funcionaba con petróleo, aunque tenía un depósito para gasolina de unos 5 litros, para un mejor arranque en frío, una vez arrancado, se cerraba el grifo de la gasolina y se abría el del petróleo, el principal. Además tenía otro intríngulis, de origen, vino con un poro en el bloque y se pasaba el agua de refrigeración al carter del aceite, con lo cual, antes que nada, había que aflojar casi hasta el final de las roscas el tapón de vaciado del aceite, con mucho cuidado, para dejar salir el agua, que mas pesada quedaba abajo, moviendo de un lado para otro el tapón, pero sin que se desenroscara del todo, y se saliera todo el aceite. Bien, pues esto último lo hacía muy bien RinRán, le había cogido el truquillo. ¡Ah, pero y el arranque!. Eso era harina de otro costal. Ni que decir, que las baterías se las machacaba el tractorcillo que daban gusto, bien por las grandes palizas que se les daban, intentando que arrancara en vano, o por las calenturas que pasaban, sufriendo las altas temperaturas provocadas por el tapizado del radiador con la paja y el polvillo circundante. Y claro, sin batería, a darle vueltas de manivela, una, dos tres, y mil vueltas, y que si quieres arroz Catalina. Los mozos se turnaban, y ya sudaban como si fuera el mediodía. Y cuando menos se lo esperaban, ¡zas arrancaba!, y qué peligro ante el inesperado y espontáneo arranque, la manivela podía quedar retenida en el eje, por no haberla retirado a tiempo, con un ligero estirón hacia fuera, y se me pone la carne de gallina, al recordar la situación; aquel manubrio girando locamente y con la pasibilidad de desprenderse y llevarnos a todos por delante. Gracias que nunca pasó, pero podía haber pasado. Rápidamente a cortar el encendido. ¡y otra vez a empezar!. Y ahora entro yo. Duermo en la hacina y me despiertan, que no arranca. Cuando la era estaba en el corral, me levantaba desde mi cama; pero ahora ya sabéis, por qué me decidí ir a dormir a la era, la auténtica, allí, casi cerca del molinillo. RinRán había tirado la toalla, y Julián sabía que conmigo arrancaría sin duda. A ver, dos o tres vueltas, con el aire cerrado, el acelerador puesto en el punto óptimo ya consabido, retraso de encendido al máximo, purga en el carburador, y ahora, dos vueltas mas enérgicamente, y era el optimismo de Julián o mis buenas artes, los que hacían que el bicho se pusiera en marcha. ¡Que le vamos a hacer, así eran las cosas! Dejo para otra entrega la explicación del por qué de las dificultades de arranque, que descubrí algunos años mas tarde, cuando este tractor ya no se usaba y estaba relegado en un rincón de la cochera. Así que Milagros, muchos menos quebraderos te dio a ti el buenazo del Marbella; pero no nos has dicho, qué bólido conduces ahora. Saludos cordiales Gabriel."