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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Algo más de lo que escribí hace tres años....

"2007-02-22 23:25:58 Hola Milagros: Me alegra leerte de nuevo. Debes tenerme paciencia, tantos años de aislamiento me han hecho olvidar como se habla en mi tierra. Pero no hay problema, espero que tú, poco a poco, con tus escritos me vuelvas a enseñar otra vez a hablar como Dios Manda. Un saludo cariñoso Vicente"

"2007-02-23 18:01:51 Hola Vicente, ya te diré algo cuando pueda. Ahora me borran todo. Milagros"

"2007-02-23 21:26:08 Hola Milagros: Voy a tratar de razonar (es lo mismo que la poesía, pero en prosa). Entiendo como “mandao” la obediencia impuesta por la voluntad dominante de una jerarquía superior. El encargo consiste en realizar, voluntariamente y con agrado, un hecho solicitado por una persona que se estima, tiene el mismo nivel jerárquico y a quien uno desea hacer un favor. Este caso me interesaba porque, tanto tú como Zafra, habíais decidido dejar de escribir y animar estos foros que me permiten paladear de nuevo el sabor de mi tierra. Saludos cariñosos Vicente"

Algo más de lo que escribí hace tres años.

"2007-02-24 13:58:40 Pero Vicente, hermosón, si yo tengo mas paciencia que el Santo Job. Mi madre decía que yo era muy -pacenciana- ja, ja, ja. Bueno, de acuerdo en lo del recado, pero es que así, como lo dije yo, daba pie a hablar sobre -el mandao- que era más utilizado en nuestros pueblos cuando tu y yo éramos pequeños. A mí me gustaba que mi madre me mandase a hacer -mandaos- porque aprovechaba para encontrarme con cualquier amiga y entretenerme un poquito con ella. El -mandao- que menos me gustaba era el que a veces me mandaba hacer Doña María, mi maestra, pues casi siempre se trataba de llevar algún papel dentro de un sobre a Don Lino, el maestro de los chicos. Como era muy vergonzosa, y la mesa en la escuela de los chicos estaba al fondo de todo, yo tenía que hacer -el paseíllo- con este cuerpo serrano que Dios me dió ja, ja, ja, por el interminable pasillo, bajo la atenta mirada de todos los que allí estaban sentados en los bancos de madera, que parecía que no me habían visto nunca. ¡Madre mía, madre mía! Y yo pidiendo a Dios que no se me liaran las -patas- y me fuese a caer de morros y se me levantase el babero pá rriba. ¡Uf!, no quiero ni pensarlo, ¡Qué rídiculo más espantoso! Suerte que aquéllo ya pasó hace tiempo, y ahora si me caigo me levanto, me sacudo el polvo que haya podido quedarme en las rodillas o en la ropa y a tirar otra vez para adelante como si no hubiese pasado nada. A veces las caídas van bién. ¡Fíjate que después de una, descubrí internet! Como salí de élla con una fisura en el codo y un esguince en el pie, me entretuve en escribir más que nunca en estos foros, pues fueron 6 meses de baja laboral. ¡Total ná! ¿Has visto lo que ha dado de sí lo del MANDAO? Ahora cuando algo no funciona bien y vas a protestar, la persona a la que te diriges para hacer la protesta te dice: ¡Ah!, a mí no me cuente, yo soy un MANDAO. Vicente te dejo que me mandan por aquí a hacer la comida. Un beso desde Barcelona. Milagros"