Esta foto y "aquel comentario" de 2005 es el que yo buscaba.
Clarisa acabo de desearte dulces sueños pero he recordado el comentario que hizo Gabriel aquel 21-2 y recordé Las Cucas.
¿Te acuerdas de éllas? Hay qué ver el partido que sacábamos de unos, -no voy a decir simples porque para nosotras no lo eran-, trozos de platos o tazas rotos.
Cómo buscábamos por todos sitios, aquellos trozos de loza; cuanto más buena era la pieza que se rompía más valiosa era La Cuca para nosotras. Las que teníamos la suerte de encontrarnos una por algún "basulero", o nuestras madres la desgracia de que se le rompiera un plato o taza "bonica", éramos las reinas del juego de " las casas".
Barríamos con cualquier matojo un trozo de suelo de cualquier calle, rincón o era, le poníamos unas piedras para delimitar el terreno de cada una de las casas, y luego poníamos tejas o piedras planas para hacer los "poyales" donde cuidadosamente íbamos poniendo las cucas. Si estas eran floreadas o de colores era todo un lujo. (La palabra "poyal" hacía años que ni la oía, ni la pronunciaba, así que gracias a la Cucas por haberme hecho recordar)
Pensándolo ahora, creo que se nos iba más tiempo en la preparación de las casas que en jugar con éllas pues enseguida llegaba la hora que oíamos a nuestras madres llamarnos para cenar.
Supongo que también recordarás cuando las hacíamos servir como castañuelas. Eran otro instrumento musical de entonces ya que las auténticas castañuelas las tenían nuestras madres, en mi caso mi abuela, guardadas como oro en paño.
Bueno pues ahora sí, ahora ya buenas noches y felices sueños. Milagros
Clarisa acabo de desearte dulces sueños pero he recordado el comentario que hizo Gabriel aquel 21-2 y recordé Las Cucas.
¿Te acuerdas de éllas? Hay qué ver el partido que sacábamos de unos, -no voy a decir simples porque para nosotras no lo eran-, trozos de platos o tazas rotos.
Cómo buscábamos por todos sitios, aquellos trozos de loza; cuanto más buena era la pieza que se rompía más valiosa era La Cuca para nosotras. Las que teníamos la suerte de encontrarnos una por algún "basulero", o nuestras madres la desgracia de que se le rompiera un plato o taza "bonica", éramos las reinas del juego de " las casas".
Barríamos con cualquier matojo un trozo de suelo de cualquier calle, rincón o era, le poníamos unas piedras para delimitar el terreno de cada una de las casas, y luego poníamos tejas o piedras planas para hacer los "poyales" donde cuidadosamente íbamos poniendo las cucas. Si estas eran floreadas o de colores era todo un lujo. (La palabra "poyal" hacía años que ni la oía, ni la pronunciaba, así que gracias a la Cucas por haberme hecho recordar)
Pensándolo ahora, creo que se nos iba más tiempo en la preparación de las casas que en jugar con éllas pues enseguida llegaba la hora que oíamos a nuestras madres llamarnos para cenar.
Supongo que también recordarás cuando las hacíamos servir como castañuelas. Eran otro instrumento musical de entonces ya que las auténticas castañuelas las tenían nuestras madres, en mi caso mi abuela, guardadas como oro en paño.
Bueno pues ahora sí, ahora ya buenas noches y felices sueños. Milagros