Bueno amigos, yo vivencias con lagartos tuve pocas, pues era muy miedica, más que miedica era que evitaba tener problemas para no enfrentarme a los castigos que me imponían en casa, así que casi solía poner la otra mejilla, pero si vi algún lagarto en el campo correr tras una mujer, o a un vecino del pueblo que, al parecer se los comía, pues alguna vez le vi sentado en la acera, a la sombra, jugando con un lagarto y rodeado de crios, y allí estaba yo también, hasta que el lagarto le mordió en un dedo y, como dices, no soltaba, entonces el susodicho le dio un mordisco al lagarto en el lomo y problema resuelto, pero yo salí pitando.
Bueno abrazos pa tos y toas, El Emigrao
Bueno abrazos pa tos y toas, El Emigrao