SANTO DOMINGO DE SILOS:
Constituye uno de los recintos más admirables de Castilla.
Sus inicios se remontan al s. VII.
Tras el paréntesis musulmán es el conde Fernán González en 954 quien pone las bases del futuro esplendor silense.
Destruido el monasterio por Almanzor, resurge por el impulso de Santo Domingo quien en 1.040 recibe la investidura de Abad de manos del rey Fernando I de Castilla.
Santo Domingo convirtió este monasterio en el más celebrado de la región. A pesar de los expolios sufridos en diferentes épocas, conserva valiosísimas piezas de toda índole en su biblioteca, en el museo y en la antigua botica.
Quizás su máximo atractivo radica en el celebrado claustro construido con una armonía espacial sorprendente. Junto a la puerta de entrada se encuentra la Virgen del Marzo, de finales de XII, en el centro de la galería norte el antiguo sepulcro de Santo Domingo, los machones angulares desarrollan varias escenas evangélicas, entre ellas la famosísima de la representación de Cristo resucitado que se aparece a los apóstoles con atuendo de peregrino.
Para un peregrino a Santiago es un don del cielo orar ante esta imagen de Cristo peregrino.
Es de gran belleza el artesonado que cubre los cuatro tramos de la galería. Los capiteles son muy variados. En la zona ajardinada, a un lado, se levanta el gigantesco ciprés.
Interesante es también la botica que fue fundada, en cuanto a lo conservado en 1.705.
Cercano a Silos queda el monasterio de San Pedro de Arlanza, uno de los centros monacales más importantes de la Castilla del s. X, hoy en ruinas.
El monasterio es lugar de oración litúrgica expresada en melodías moduladas de manera ininterrumpida durante siglos.
En este canto de los monjes puede el peregrino reconocer su propia experiencia interior de alabanza a Aquel que es Señor del universo.
Constituye uno de los recintos más admirables de Castilla.
Sus inicios se remontan al s. VII.
Tras el paréntesis musulmán es el conde Fernán González en 954 quien pone las bases del futuro esplendor silense.
Destruido el monasterio por Almanzor, resurge por el impulso de Santo Domingo quien en 1.040 recibe la investidura de Abad de manos del rey Fernando I de Castilla.
Santo Domingo convirtió este monasterio en el más celebrado de la región. A pesar de los expolios sufridos en diferentes épocas, conserva valiosísimas piezas de toda índole en su biblioteca, en el museo y en la antigua botica.
Quizás su máximo atractivo radica en el celebrado claustro construido con una armonía espacial sorprendente. Junto a la puerta de entrada se encuentra la Virgen del Marzo, de finales de XII, en el centro de la galería norte el antiguo sepulcro de Santo Domingo, los machones angulares desarrollan varias escenas evangélicas, entre ellas la famosísima de la representación de Cristo resucitado que se aparece a los apóstoles con atuendo de peregrino.
Para un peregrino a Santiago es un don del cielo orar ante esta imagen de Cristo peregrino.
Es de gran belleza el artesonado que cubre los cuatro tramos de la galería. Los capiteles son muy variados. En la zona ajardinada, a un lado, se levanta el gigantesco ciprés.
Interesante es también la botica que fue fundada, en cuanto a lo conservado en 1.705.
Cercano a Silos queda el monasterio de San Pedro de Arlanza, uno de los centros monacales más importantes de la Castilla del s. X, hoy en ruinas.
El monasterio es lugar de oración litúrgica expresada en melodías moduladas de manera ininterrumpida durante siglos.
En este canto de los monjes puede el peregrino reconocer su propia experiencia interior de alabanza a Aquel que es Señor del universo.