REVILLARRUIZ.
(Revillarruiz - Cojóbar: 4 km.)
Cruzas el pueblo por la plaza y sigues recto hasta dar a una casa de nueva factura que hace chaflán entre la carretera que dejamos y el camino que sale a la derecha y va paralelo a la línea del ferrocarril justamente hasta Cojóbar. La vía se cruza un par de veces según nos lleve el camino pero sin perderla nunca.
A mitad de camino se divisa el Torreón de Olmos Albos, realizado para el comerciante Diego de Gamarra a mediados del siglo XVI, de aspecto más residencial que belicosos, labrado con silleria caliza de las canteras de Hontoria.
Los silos de Cojóbar sirven de guía inmejorable.
(Revillarruiz - Cojóbar: 4 km.)
Cruzas el pueblo por la plaza y sigues recto hasta dar a una casa de nueva factura que hace chaflán entre la carretera que dejamos y el camino que sale a la derecha y va paralelo a la línea del ferrocarril justamente hasta Cojóbar. La vía se cruza un par de veces según nos lleve el camino pero sin perderla nunca.
A mitad de camino se divisa el Torreón de Olmos Albos, realizado para el comerciante Diego de Gamarra a mediados del siglo XVI, de aspecto más residencial que belicosos, labrado con silleria caliza de las canteras de Hontoria.
Los silos de Cojóbar sirven de guía inmejorable.