¡Madre mía, Rosa! ¿No nos irás a decir que tienes en tu
casa una más grande que esta? Y digo en tu casa como podría decir en tu "
campo" porque para saber el peso y todo es que la debes tener muy cercana ¡Jesús qué miedo! Me ha cogido hasta repelús, de la cabeza a los pies sólo de pensarlo.