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Viendo estas fotos me viene a la memoria aquella imagen de las niñas que fuimos mi hermana María Jesús y yo, cogidas de la mano de mi padre, primero andando por el camino de la Fuente Vieja y luego campo a través hasta llegar al ribazo, barbecho o rastrojo donde anidaba alguna "pajarilla".
Primero veíamos los huevos, acercándonos todo lo que podíamos, pero sin tocarlos. Mi padre nos decía que si se tocaban la "pajarilla" los aborrecía; unos días más tarde nos llevaba de nuevo para que viésemos los pajaretes y cuando estos se habían hecho mayores y habían salido del nido nos lo traía para que puediésemos verlo de cerca y tocarlo.
¡Qué contentas que nos poníamos cuando nos decía que había visto un nido!, dábamos saltos de alegría y más que un nido, parecía que hubiese descubierto un tesosro... En fín... lo dejo porque me pongo tristona y no quiero ponerme así...
Primero veíamos los huevos, acercándonos todo lo que podíamos, pero sin tocarlos. Mi padre nos decía que si se tocaban la "pajarilla" los aborrecía; unos días más tarde nos llevaba de nuevo para que viésemos los pajaretes y cuando estos se habían hecho mayores y habían salido del nido nos lo traía para que puediésemos verlo de cerca y tocarlo.
¡Qué contentas que nos poníamos cuando nos decía que había visto un nido!, dábamos saltos de alegría y más que un nido, parecía que hubiese descubierto un tesosro... En fín... lo dejo porque me pongo tristona y no quiero ponerme así...