...
-Tenga- dije obligándole a sostener la copa con su mano derecha-. Beba-ordené. Obedeció tembloroso-. Y ahora, siéntese, relájese y, después, cuénteme lo que pasa.
No tenía la menor idea de la razón que le había llevado a presentarse en mi casa pasada la medianoche y, aunque confiaba en que hubiera sido discreto en sus movimientos, lo alterado de su actitud me indicó que tal vez todo le diera igual...
... Se sentó con la copa entre los dedos, volviendo a beber. Vestía de paisano, de oscuro, con camisa blanca y corbata rayada; sin la gorra de plato, los galones y la banda atravesando el pecho que tantas veces le había visto en los actos formales y de la que se libraba apenas acababa el evento que la requiriera...
El tiempo entre costuras. María Dueñas.
-Tenga- dije obligándole a sostener la copa con su mano derecha-. Beba-ordené. Obedeció tembloroso-. Y ahora, siéntese, relájese y, después, cuénteme lo que pasa.
No tenía la menor idea de la razón que le había llevado a presentarse en mi casa pasada la medianoche y, aunque confiaba en que hubiera sido discreto en sus movimientos, lo alterado de su actitud me indicó que tal vez todo le diera igual...
... Se sentó con la copa entre los dedos, volviendo a beber. Vestía de paisano, de oscuro, con camisa blanca y corbata rayada; sin la gorra de plato, los galones y la banda atravesando el pecho que tantas veces le había visto en los actos formales y de la que se libraba apenas acababa el evento que la requiriera...
El tiempo entre costuras. María Dueñas.