Hace cincuenta años, más que pensar en que el día 27 era mi Santo, pensaba en que el 27 de noviembre era el día de Los Maestros. Este día no teníamos clase. Las chicas, entonces, decíamos contentas: ¡No tenemos escuela!, cosa que a Doña María la ponía de mal humor pues cuando el día anterior, o cuando había habido una buena nevada le preguntábamos: - ¿Señorita, mañana hay escuela?-, siempre nos decía: Sí, escuela sí hay, la escuela no se mueve de sitio, lo que no hay es clase. Ella se enfadaba y con razón, pues si nos contestaba seis veces a la misma pregunta, nosotras ´se la volvíamos ha hacer ocho más ¡Hay qué ver qué duras de mollera éramos!
Bueno, pues nada, con un día de retraso, felicidades para todos los maestros que fueron, son y serán, desde Barcelona.
Bueno, pues nada, con un día de retraso, felicidades para todos los maestros que fueron, son y serán, desde Barcelona.