POEMA A LA MANCHA.
Noche. Duerme un ensueño cargado de paz y mansedumbre
la llanura manchega de los verdes trigales
donde las mozas cantan sus bellos cantares
bajo un sol de verano que abrasa como lumbre.
Es la noche en el llano un poema silente:
horas que pasan lentas, sin ruidos y sin voces,
descansando en la palma de la mano, la frente.
¡La noche en la llanura! Estas noches del llano,
como la de los trópicos, casi solemnes, cansadas
que tienenen el encanto de las cosas amadas,
y el misterio de cosas más allá de lo humano.
En las noches manchegas la brisa inmóvil, quieta,
le dice a los espíritus leyendas ilusorias;
y, en sus horas solemnes, cuenta lindas historias
el alma de la noche al alma del poeta.
Hay calma en la llanura. Bajo el gran luminar
de las estrellas de oro, que en las alturas brilla
o se escucha a lo lejos un clásico cantar...
" A la Mancha, manchega
que hay mucho vino..."
Hay calma en el ambiente. En el lugarón
de la Mancha, la luna se derrama piadosa;
unos novios se miran con ternura amorosa
bajo las paredes de un rancio caserón.
Y en el patio empedrado de un labrador rico,
tras el yantar nocturno y el rezar de la madre,
el mayor de los hijos, ya mozo, dice: Padre,
ahora cuente la historia del Sr. Quijote.
Noche. Duerme un ensueño cargado de paz y mansedumbre
la llanura manchega de los verdes trigales
donde las mozas cantan sus bellos cantares
bajo un sol de verano que abrasa como lumbre.
Es la noche en el llano un poema silente:
horas que pasan lentas, sin ruidos y sin voces,
descansando en la palma de la mano, la frente.
¡La noche en la llanura! Estas noches del llano,
como la de los trópicos, casi solemnes, cansadas
que tienenen el encanto de las cosas amadas,
y el misterio de cosas más allá de lo humano.
En las noches manchegas la brisa inmóvil, quieta,
le dice a los espíritus leyendas ilusorias;
y, en sus horas solemnes, cuenta lindas historias
el alma de la noche al alma del poeta.
Hay calma en la llanura. Bajo el gran luminar
de las estrellas de oro, que en las alturas brilla
o se escucha a lo lejos un clásico cantar...
" A la Mancha, manchega
que hay mucho vino..."
Hay calma en el ambiente. En el lugarón
de la Mancha, la luna se derrama piadosa;
unos novios se miran con ternura amorosa
bajo las paredes de un rancio caserón.
Y en el patio empedrado de un labrador rico,
tras el yantar nocturno y el rezar de la madre,
el mayor de los hijos, ya mozo, dice: Padre,
ahora cuente la historia del Sr. Quijote.