Antes de asfaltar las calles, y cuando nevaba o helaba en invierno, esta era una de las calles más peligrosas. A la que te descuidabas, te escurrías, y te pegabas unas culás que te ensollejabas viva. Si cuando caías ibas sola, te levantabas con gesto de dolor, te sacudías el babero y caminabas como podías, pero si ibas acompañada eras la risión. Jajajaja