Esto es lo que piensan algunos y algunas alconcheleras, aunque no lo digan.
Tengo los nervios de acero,
y soy más fuerte que un roble,
pero me tiemblan las piernas
cuando escucho un pasodoble.
Tengo los nervios de acero,
y soy más fuerte que un roble,
pero me tiemblan las piernas
cuando escucho un pasodoble.