Fue por aquellos años de pantalones acampanaos cuando Javier me dijo:
No dudes de mi cariño,
y el ajuar puedes hacer,
que yo me caso contigo
como dos y dos son tres.
Y tanto qué se casó..., ¡aunque se equivocó en la suma! Vamos hombre, como que iba yo a dejar escapar a un mirlo tan blanco Jajajaja
No dudes de mi cariño,
y el ajuar puedes hacer,
que yo me caso contigo
como dos y dos son tres.
Y tanto qué se casó..., ¡aunque se equivocó en la suma! Vamos hombre, como que iba yo a dejar escapar a un mirlo tan blanco Jajajaja