Buenas tardes Castilleja ¿Dónde andabas metida qué no te veíamos el pelo desde hace días?
Ahora no me vayas ha decir que es que no ves las teclas, eeeeeeeeh, que ya me dijo Pepe que ahora veías hasta lo que no quieres ver Jajajaja.
Casti, esta esquina que ves en la foto, es la Esquina de Eugenio o de Costumbre, más conocida por este último nombre. Ha ce muchos años, aquí se encontraban los hombres, y en corrillos, o en un sólo corro, hablaban del campo, de cómo iban los trigos y las cebadas, del precio de la avena, de las enfermedades del ganao, de la próxima feria de Belmonte, en fín, que arreglaban el pais y cortaban trajes a medida adiestro y siniestro. Esto, cuando estaban desocupados, que pocos eran los días que lo estaban, pues ya debes saber cómo son las labores del campo.
También en esta esquina, o en la plaza, es dónde tenían la parada los vendedores ambulantes que venían al pueblo a vender sus productos, bien sea patatas, "Vidriao", telas, lanas, cántaros, cantarillas y botijos, aunque los cántaros y botijos también los vendía un señor que iba dando vueltas por el pueblo, con una carga de éllos en un borrico. Vamos, qué los jóvenes de ahora, esas cosas se las pueden imaginar, pero haberlas vivido, es mucho más interesante ¡Por lo menos para mí!, y no quiero decir con eso que quisiera volver a aquellos años...
Un beso, guapa, y hasta otro día.
Ahora no me vayas ha decir que es que no ves las teclas, eeeeeeeeh, que ya me dijo Pepe que ahora veías hasta lo que no quieres ver Jajajaja.
Casti, esta esquina que ves en la foto, es la Esquina de Eugenio o de Costumbre, más conocida por este último nombre. Ha ce muchos años, aquí se encontraban los hombres, y en corrillos, o en un sólo corro, hablaban del campo, de cómo iban los trigos y las cebadas, del precio de la avena, de las enfermedades del ganao, de la próxima feria de Belmonte, en fín, que arreglaban el pais y cortaban trajes a medida adiestro y siniestro. Esto, cuando estaban desocupados, que pocos eran los días que lo estaban, pues ya debes saber cómo son las labores del campo.
También en esta esquina, o en la plaza, es dónde tenían la parada los vendedores ambulantes que venían al pueblo a vender sus productos, bien sea patatas, "Vidriao", telas, lanas, cántaros, cantarillas y botijos, aunque los cántaros y botijos también los vendía un señor que iba dando vueltas por el pueblo, con una carga de éllos en un borrico. Vamos, qué los jóvenes de ahora, esas cosas se las pueden imaginar, pero haberlas vivido, es mucho más interesante ¡Por lo menos para mí!, y no quiero decir con eso que quisiera volver a aquellos años...
Un beso, guapa, y hasta otro día.