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Hace tiempo leí algo que leí y releí para empaparme de lo que decía y más o menos decía esto:
En todos los pueblos suele surgir el tirano, y siempre se sotiene por el número de lisonjeros que encuentra a su alrededor. El lisonjero, resulta en los pueblos civilizados, el verdadero tirano, porque de él proceden luego las tiranías.
Un hombre sólo por fuerte que se crea, será siempre incapaz de convertirse en tirano de cualquier pueblo si no son los lisonjeros los que lo llevan a éllo. Una adulación desmedida, absurda, como si fuese ofrecida a un Dios, es la causa principal de que el tirano aparezca, y una vez que ha llegado, lo primero que procura es hacer la división consiguiente, porque desgraciado de él si hubiera siempre un pueblo unido...
Un tirano, lo que necesita siempre, una vez que ha llegado a serlo por culpa de las lisonjas, es tener a su lado personas que le digan fielmente lo que ven hacer, y lo que oyen decir, y entonces es cuando el tirano se acaba. ¡Y los lisonjeros, también!
En todos los pueblos suele surgir el tirano, y siempre se sotiene por el número de lisonjeros que encuentra a su alrededor. El lisonjero, resulta en los pueblos civilizados, el verdadero tirano, porque de él proceden luego las tiranías.
Un hombre sólo por fuerte que se crea, será siempre incapaz de convertirse en tirano de cualquier pueblo si no son los lisonjeros los que lo llevan a éllo. Una adulación desmedida, absurda, como si fuese ofrecida a un Dios, es la causa principal de que el tirano aparezca, y una vez que ha llegado, lo primero que procura es hacer la división consiguiente, porque desgraciado de él si hubiera siempre un pueblo unido...
Un tirano, lo que necesita siempre, una vez que ha llegado a serlo por culpa de las lisonjas, es tener a su lado personas que le digan fielmente lo que ven hacer, y lo que oyen decir, y entonces es cuando el tirano se acaba. ¡Y los lisonjeros, también!