Buenas noches, muchachas y muchachos, chicos y chicas, foreros y foreras.... Aaaaayyyyy (bostezo) que perrería y que sueño que traigo hoy.... Aaaaaayyyy.... (de nuevo bostezo) Y es que veréis: hoy hemos estado en el terrenillo de Calçotada, que para el que no lo sepa se trata de una comida de temporada que se come en Catalunya. Consiste en poner los calçots (cebolletas tiernas) en las parrillas de la barbacoa y dejarlas que se asen hasta que se vean las primeras capas chuscarradas. Luego para que no se enfríen, se van colocando en montoncitos sobre un papel de períodico con el que después se envuelven. Se presentan a la mesa en una fuente o bien en una teja árabe. Para comerlos hay que cogerlos por la parte de las raices con una mano con la que tiraremos hacia abajo mientras que con la otra, tiraremos hacia arriba desde la parte contraria, hasta dejar el Calçot "en cueros vivos"; Jajajaja Se moja bien mojado el calçot, en una salsa que se llama Romesco, y se come con cuidado de no ponerte como un Adán, bien sea por la salsa o por la chuscarrina, con la que por regla general te quedan "los dátiles" más negros que una morcilla, y "más feos que un BÚ". Jajajaja.
Para que los calçots o cebolletas salgan cómo Dios manda, se han de sembrar las cebollas enteras y de cada brote que salga de la cebolla, tendremos un calçot.
Como podéis entender, cuando se juntan en una comida así, en el campo, conquenses, andaluces y catalanes, no se queda ahí la cosa, sino que antes de los calçots vino el aperitivo con sus cervecitas, su vinito blanco de La Alberca
del Záncara tan fresquito o más que el agua de la Fuente del Avellano, y después de los calçots cordero, panceta, bueno todas esas cosas y un pastel de fruta que estab de muerte.
Los comensales, tres matrimonios maravillosos, Jajajaja: Antonia y Sergiete, Castilleja y "Pepillo", su marido, y mi marido y yo. Como os digo, lo hemos pasado chupi, claro que ahora... ¿Quién cena, eh? Los demás no sabemos, pero nosotros, no. ¡Cualquiera se mete ahora nada en el estómago, después de tanto calçot y tanta salsa!
... Ah, y cuando hemos llegado a Barcelona, hemos encontrado a los Independentistas "pidiendo guerra" y yo digo: Vale que los calçots están ricos, pero qué sería si después de los calçots y del cava, no estuviese la panceta, que podría ser de un "gorrino chato murciano", o de Huelva, o de Extremadura, el cordero, que podría ser de Cuenca, de Burgos, de Ávila o de cualquier sitio de Castilla, el vino de Cuenca, el pastel que había fruta de casi todas las provincias de España... Esto sin contar con el aperitivo, eh. En fín, ¡qué cuando
el diablo no tiene otra cosa qué hacer... con el rabo mata moscas!
Bueno, pues ahora vuelvo en seguida. Un beso
Para que los calçots o cebolletas salgan cómo Dios manda, se han de sembrar las cebollas enteras y de cada brote que salga de la cebolla, tendremos un calçot.
Como podéis entender, cuando se juntan en una comida así, en el campo, conquenses, andaluces y catalanes, no se queda ahí la cosa, sino que antes de los calçots vino el aperitivo con sus cervecitas, su vinito blanco de La Alberca
del Záncara tan fresquito o más que el agua de la Fuente del Avellano, y después de los calçots cordero, panceta, bueno todas esas cosas y un pastel de fruta que estab de muerte.
Los comensales, tres matrimonios maravillosos, Jajajaja: Antonia y Sergiete, Castilleja y "Pepillo", su marido, y mi marido y yo. Como os digo, lo hemos pasado chupi, claro que ahora... ¿Quién cena, eh? Los demás no sabemos, pero nosotros, no. ¡Cualquiera se mete ahora nada en el estómago, después de tanto calçot y tanta salsa!
... Ah, y cuando hemos llegado a Barcelona, hemos encontrado a los Independentistas "pidiendo guerra" y yo digo: Vale que los calçots están ricos, pero qué sería si después de los calçots y del cava, no estuviese la panceta, que podría ser de un "gorrino chato murciano", o de Huelva, o de Extremadura, el cordero, que podría ser de Cuenca, de Burgos, de Ávila o de cualquier sitio de Castilla, el vino de Cuenca, el pastel que había fruta de casi todas las provincias de España... Esto sin contar con el aperitivo, eh. En fín, ¡qué cuando
el diablo no tiene otra cosa qué hacer... con el rabo mata moscas!
Bueno, pues ahora vuelvo en seguida. Un beso
