El Vía Crucis es recordar con amor y agradecimiento lo mucho que Jesús sufrió por salvarnos del pecado.
Te animarás a cargar con las cruces de cada día, si recuerdas con frecuencia las estaciones o pasos de Jesús hasta su muerte en la Cruz.
¿Cuáles son las promesas de Jesucristo a los devotos del Via Crucis?
A la edad de 18 años, Estanislao, joven español, ingresó al noviciado de los “Hermanos de las escuelas cristianas", en Bugedo (Burgos, España). En la vida religiosa, este joven tomó los votos de religión que son: el cumplimiento de los reglamentos, avanzar en la perfección cristiana; y alcanzar el amor puro. En el mes de octubre de 1926, este hermano se ofreció a Jesús por medio de María Santísima. Poco después de haber hecho esta donación heroica de sí mismo, el joven religioso enfermó y meses después, murió. Fue en marzo de 1927.
Según el maestro de novicios, Estanislao era un alma escogida de Dios que recibía mensajes del cielo. Sus confesores y teólogos reconocieron estos hechos sobrenaturales como actos insignes. Su director espiritual le había ordenado escribir todas las promesas transmitidas por Nuestro Señor, entre otras las relacionadas con los devotos del Via Crucis.
Te animarás a cargar con las cruces de cada día, si recuerdas con frecuencia las estaciones o pasos de Jesús hasta su muerte en la Cruz.
¿Cuáles son las promesas de Jesucristo a los devotos del Via Crucis?
A la edad de 18 años, Estanislao, joven español, ingresó al noviciado de los “Hermanos de las escuelas cristianas", en Bugedo (Burgos, España). En la vida religiosa, este joven tomó los votos de religión que son: el cumplimiento de los reglamentos, avanzar en la perfección cristiana; y alcanzar el amor puro. En el mes de octubre de 1926, este hermano se ofreció a Jesús por medio de María Santísima. Poco después de haber hecho esta donación heroica de sí mismo, el joven religioso enfermó y meses después, murió. Fue en marzo de 1927.
Según el maestro de novicios, Estanislao era un alma escogida de Dios que recibía mensajes del cielo. Sus confesores y teólogos reconocieron estos hechos sobrenaturales como actos insignes. Su director espiritual le había ordenado escribir todas las promesas transmitidas por Nuestro Señor, entre otras las relacionadas con los devotos del Via Crucis.