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La Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Luz, santuario de la patrona de la ciudad, es una de las obras más importantes del rococó religioso.
Se trata de la antigua Iglesia de san Antón, que en 1352 era convento de San Antonio Abad, ampliada y reformada en 1523, aunque todo el interior es obra de José Martín Aldehuela, que fue terminada en 1764 en estilo rococó.
Exteriormente está enfoscada y pintada de color, y cuenta con dos portadas, una de ellas plateresca, pero en el interior se desarrolla una profusa decoración de pinturas y estucos de gran calidad y una magnífica disposición espacial, que culmina con la gran cúpula elíptica, sobre tambor con ventanas y linterna, de marcada influencia italiana.
En su interior también puede contemplarse la imagen de la patrona, una Virgen Negra, de gran tradición medieval.
Se trata de la antigua Iglesia de san Antón, que en 1352 era convento de San Antonio Abad, ampliada y reformada en 1523, aunque todo el interior es obra de José Martín Aldehuela, que fue terminada en 1764 en estilo rococó.
Exteriormente está enfoscada y pintada de color, y cuenta con dos portadas, una de ellas plateresca, pero en el interior se desarrolla una profusa decoración de pinturas y estucos de gran calidad y una magnífica disposición espacial, que culmina con la gran cúpula elíptica, sobre tambor con ventanas y linterna, de marcada influencia italiana.
En su interior también puede contemplarse la imagen de la patrona, una Virgen Negra, de gran tradición medieval.