¡Jolín qué memorión chaval!
De la hermana Guadalupe sí me acuerdo, y de haber estado en su casa cuando vivía con ella Catalina también, y del patio. A Upe la recuerdo menos porque ya estaba por Madrid o marchó enseguida de llegar yo de La Errá.
Es verdad, ahora recuerdo que el Pulga se llamaba Rafael, y la tienda era muy pequeñita.
De la tienda de la hermana Dolores no me acuerdo nada en absoluto, aunque sí recuerdo que para entrar en la casa había como un callejón muy estrecho y empinado.
¡Hay qué ver cómo nos gustaban las "bolillas de duz...! ¡Y qué cucurucho más grande nos daban a cambio de un huevo! ¿Tú recuerdas cuando se compraba utilizando el trueque? En aquellos años era la cosa más natural del mundo comprar aceite, azúcar, tomate, sardinetas, en fin, de todo, y pagarlo con huevos, cebada, trigo, etc. ¡Qué tiempos muchacho! Y lo felices qué éramos con poca cosa.
Tengo que decir, si es que no lo hice en el confesionario, que la primera aguja de ganchillo que tuve, la pagué con un huevo que le cogí a mi madre del nidal, y lo tuve que coger porque cuando le pedía que me comprase una decía que era muy pequeña y que a los dos días me habría olvidado de ella y que el dinero no se gastaba tontamente.. ¡Se equivocó! Con aquella aguja aprendí primero a hacer "cadeneta", después fue mi abuela Castora la que me enseñó a hacer "pilares", punto bajo y punto alto, y así en mi vida he hecho puntillas, mantelerías, cortinas, colchas, tapetes, jerséis, vestidos, gorros, biquinis,... Y no te digo preservativos porque entonces pensaríais que todo es mentira, Jajajajaja aunque cualquier día cojo una aguja y hilo de colorines, me pongo una tarde a ver "Sálvame" y cuando llega la noche le dejo uno a Javier encima de la mesita de noche Jajajajajjaaaaaaaaaaaa.
Entonces quien más quien menos, todas las chicas sábiamos hacer ganchillo y otras muchas cosas de labores; ahora creo que nos gusta más Internet, que tampoco está mal...
De la hermana Guadalupe sí me acuerdo, y de haber estado en su casa cuando vivía con ella Catalina también, y del patio. A Upe la recuerdo menos porque ya estaba por Madrid o marchó enseguida de llegar yo de La Errá.
Es verdad, ahora recuerdo que el Pulga se llamaba Rafael, y la tienda era muy pequeñita.
De la tienda de la hermana Dolores no me acuerdo nada en absoluto, aunque sí recuerdo que para entrar en la casa había como un callejón muy estrecho y empinado.
¡Hay qué ver cómo nos gustaban las "bolillas de duz...! ¡Y qué cucurucho más grande nos daban a cambio de un huevo! ¿Tú recuerdas cuando se compraba utilizando el trueque? En aquellos años era la cosa más natural del mundo comprar aceite, azúcar, tomate, sardinetas, en fin, de todo, y pagarlo con huevos, cebada, trigo, etc. ¡Qué tiempos muchacho! Y lo felices qué éramos con poca cosa.
Tengo que decir, si es que no lo hice en el confesionario, que la primera aguja de ganchillo que tuve, la pagué con un huevo que le cogí a mi madre del nidal, y lo tuve que coger porque cuando le pedía que me comprase una decía que era muy pequeña y que a los dos días me habría olvidado de ella y que el dinero no se gastaba tontamente.. ¡Se equivocó! Con aquella aguja aprendí primero a hacer "cadeneta", después fue mi abuela Castora la que me enseñó a hacer "pilares", punto bajo y punto alto, y así en mi vida he hecho puntillas, mantelerías, cortinas, colchas, tapetes, jerséis, vestidos, gorros, biquinis,... Y no te digo preservativos porque entonces pensaríais que todo es mentira, Jajajajaja aunque cualquier día cojo una aguja y hilo de colorines, me pongo una tarde a ver "Sálvame" y cuando llega la noche le dejo uno a Javier encima de la mesita de noche Jajajajajjaaaaaaaaaaaa.
Entonces quien más quien menos, todas las chicas sábiamos hacer ganchillo y otras muchas cosas de labores; ahora creo que nos gusta más Internet, que tampoco está mal...