Buenos y agradecidos dias MILAGROS desde ésta preciosa rosa que nos regala GABRIEL de los patios de ALCONCHEL.
Era un jardín sonriente;
era una tranquila fuente
de cristal;
era, a su borde asomada,
una rosa inmaculada
de un rosal
Era un viejo jardinero
que cuidaba con esmero
del vergel,
y era la rosa un tesoro
de más quilates que el oro
para él. ETC, ETC.
No concluyo la poesía por que es muy larga y emotiva a la par.
Un abrazo y saludos a todos/as.
Era un jardín sonriente;
era una tranquila fuente
de cristal;
era, a su borde asomada,
una rosa inmaculada
de un rosal
Era un viejo jardinero
que cuidaba con esmero
del vergel,
y era la rosa un tesoro
de más quilates que el oro
para él. ETC, ETC.
No concluyo la poesía por que es muy larga y emotiva a la par.
Un abrazo y saludos a todos/as.
Buenas tardes CHARO.
Gracias por pasarte por el foro alconchelero, hoy domingo, tan solitario y por comenzar esta bonita poesía de los hermanos Alvárez Quintero, Joaquín y Serafín; tú la has comenzado, y yo voy a intentar de continuarla, porque esta rosa se merece esta poesía y más.
... A la orilla de la fuente
un caballero pasó,
y la rosa dulcemente
de su tallo separó.
Y al notar el jardinero
que faltaba en el rosal,
cantaba así, plañidero,
receloso de su mal:
—Rosa la más delicada
que por mi amor cultivada
nunca fue;
rosa, la más encendida,
la más fragante y pulida
que cuidé;
blanca estrella que del cielo
curiosa de ver el suelo
resbaló;
a la que una mariposa
de mancharla temerosa
no llegó.
¿Quién te quiere? ¿Quién te llama
por tu bien o por tu mal?
¿Quién te llevó de la rama
que no estás en tu rosal?...
Un abrazo también para tí, Charo, y mañana continuaré con unos versos más hasta llegar al final.
Gracias por pasarte por el foro alconchelero, hoy domingo, tan solitario y por comenzar esta bonita poesía de los hermanos Alvárez Quintero, Joaquín y Serafín; tú la has comenzado, y yo voy a intentar de continuarla, porque esta rosa se merece esta poesía y más.
... A la orilla de la fuente
un caballero pasó,
y la rosa dulcemente
de su tallo separó.
Y al notar el jardinero
que faltaba en el rosal,
cantaba así, plañidero,
receloso de su mal:
—Rosa la más delicada
que por mi amor cultivada
nunca fue;
rosa, la más encendida,
la más fragante y pulida
que cuidé;
blanca estrella que del cielo
curiosa de ver el suelo
resbaló;
a la que una mariposa
de mancharla temerosa
no llegó.
¿Quién te quiere? ¿Quién te llama
por tu bien o por tu mal?
¿Quién te llevó de la rama
que no estás en tu rosal?...
Un abrazo también para tí, Charo, y mañana continuaré con unos versos más hasta llegar al final.