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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: ¿Es La Moncloa? ...

¿Es La Moncloa?
¿Está el
‘encargao’?
¡Que se ponga!
¡Zapatero! Hola, majo, que le
llamo desde el frente. No desde
enfrente, no, desde el frente.
¡Desde la guerra! ¿Cómo que
qué guerra? Desde la de Libia, la
única guerra que alivia. ¡Ah!
¿Que no se dice guerra? Bueno,
pues que le llamo desde este conflicto
porque he leído en LA
GACETA de ayer, sobre la guerra
de Irak, que “las multitudinarias
protestas para pedir a
Estados Unidos, Reino Unido y
España que no interviniesen
supusieron la primera vez que la opinión
pública global se ponía de
acuerdo contra un conflicto
armado”. ¿Usted ha entendido
algo? ¿Usted tampoco? Pues me
deja hecho polvo. No, más que
nada porque parecerme en algo
a usted, me preocupa.
Oiga, don ZP, ¿le estará
dando mucha caña Rajoy
ahora recordándole lo que
hizo usted cuando la guerra
de Irak, no? ¿Nada? Si es que
este Rajoy es muy Mariano, y
perdona las ofensas como no
se las perdonan a los que él
ofende. El otro día fue Rajoy a
donar sangre a la Cruz Roja y
le mandaron a una horchatería,
tres portales más abajo.
¿Y cómo están Almodóvar y
Bardem y la madre que lo parió?
Ya habrán convocado manifestaciones
de “no a la guerra”.
¿No? Pues porque estarán ocupados
cobrando alguna subvención
y no se habrán enterado,
que en cuanto se enteren... ¿Que
no? ¡Ah, claro! ¡Se me había
olvidado! ¡Que esto no es una
guerra, que es un operativo
militar humanitario en el
marco de una operación internacional
conjunta! Hombre, a
mí me recuerda la de Irak porque
hay algunos muertos que
por más que les insistes no se
levantan. Yo creo que lo hacen
por fastidiar.
Oiga, don José Luis, que
digo yo que si vemos a Gadafi,
¿qué hacemos, le pegamos un
tiro o le invitamos a cenar?
¡Ah, vale, es que como la última
vez hicimos lo segundo...!
Bueno, dígale usted a doña
Carme que ya tenemos el submarino.
Sí, nos ha llegado por
correo esta mañana. ¿Cómo que
no era un submarino? ¿Que era
un barco? ¡Jo, así nos ha costado
hundirlo! Bueno, de todas
maneras, si ve usted al Indalecio,
el del polvorín, uno bajito
con gafas, dígale que nos mande
los planos de las armas. No, de
las nuestras no, de las de Gadafi,
que como se las hemos vendido
nosotros... para saber cómo
desactivarlas.
Bueno, don José Luis,
muchas gracias, majo. ¡Oiga!
¿Sus hijas no estarán por ahí?
No, porque digo yo que si las
colamos de noche en el palacio
presidencial para que las vea
Gadafi cuando se despierte,
igual sale corriendo del país y
nos ahorramos tiempo. Bueno,
pues nada, otra vez será. Que
usted lo mate bien.

BUENNNNNNNNNNNNNN FIN DE SEMANA.

Muackssssssssssss. rosa