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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: ......

LOS HIJOS PERFECTOS NO EXISTEN.

Hoy más que nunca, y segúndicen los expertos, los padres queremos unos hijos perfectos, y estos queridos foreros, creo que no existen. Son como son. Son proyectos de seres humanos que tienen que aprender de sus propias limitaciones. Su campo de batalla es LA VIDA, y como tal es un devenir constante donde unas veces se gana y otras se pierde, por eso pienso que es necesaria la disciplina para afrontar todo lo que no nos gusta y salir reforzados de la experiencia...

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La vida es disciplina, es el despertador que suena, el levantarse, el ducharse, el trabajar..., todas estas cosas son hábitos y rutinas que nuestros hijos deben incorporar a sus vidas.

Actualmente se nos ha metido en la cabeza el glamour y la vida fácil, donde todos los caprichos son satisfechos. ¿Dónde está aquí la cultura del esfuerzo que es la que nos permite caer y volverse a levantar? En España casi se ha perdido el valor del esfuerzo, autoridad, disciplina, voluntad, obligación, y en su lugar han tomado fuerza el interés, la libertad, la motivación... En el fondo, la pedagogía del interés parece que ha ganado la batalla a la pedagogía del esfuerzo, y el deseo de pasarlo bien sin hacer nada se ha ido instalando en nuestra sociedad actual...

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La expresión "La cultura del pelotazo", acuñada hace unos pocos años, sintetiza esa admiración por "conseguirlo todo en el mínimo tiempo y con el mínimo esfuerzo", aunque esa oposición entre ambas concepciones se van diluyendo como cnstata Elena Martín, profesora de psicología de la Universidad Autónoma de Madrid...
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
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Durante bastantes años ha prevalecido el modelo autoritario caracterizado por "control, sí; afecto, no". De ahí se ha pasado al modelo permisivo "nada de control; afecto sí". Y ahora resulta que se está intentando conquistar "lo que nosotros llamamos modelo democrático: afecto, sí; pero control también".

Este saber controlar implica límites, respeto, normas de convivencia donde hay que aprender a ceder; así se forma el carácter que dará la fortaleza de ánimo necesaria para sacar partido a las primeras derrotas, a los primeros suspensos del colegio y de la vida... ... (ver texto completo)