Resistencia de los pueblos indígenas
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Roma no paga traidores
Quizás, si los lusitanos no hubieran sido traicionados por Roma hacia el año 150 a. C., nunca hubiera existido Viriato. Con la excusa de una tregua, 8.000 gu...
Conquista del litoral mediterráneo
Los romanos conquistaron sin mayores dificultades las zonas que habían vivido en contacto con los colonizadores fenicios y griegos. La campaña, dirigida por Publio Cornelio Escipión, cubrió sus objetivos al conquistar Cartagena, dominar el valle del Guadalquivir y rendir Cádiz (206). Las posteriores actuaciones del cónsul Catón (194), que aseguró el control sobre el valle del Ebro, y de Sempronio Graco, abrieron la penetración romana hacia la meseta.
Conquista de la Meseta y del norte peninsular
Fue en el avance hacia la Meseta cuando comenzaron las complicaciones, ya que Roma estaba envuelta en varios conflictos bélicos, entre otros, con los cartagineses y con pueblos peninsulares del oeste, centro y norte. La estrategia de los pueblos prerromanos se basó en una guerra de guerrillas contra las legiones romanas. Dos fueron los conflictos principales, la guerra lusitana y la guerra celtibérica.
Los lusitanos, que contaban con un gran caudillo, Viriato, mantuvieron su lucha contra Roma hasta el año 139 a. C. en que su jefe fue asesinado. La guerra celtibérica, tras una fase inicial (154 a. C.-151 a. C.), se concretó en la resistencia de la ciudad arévaca de Numancia hasta que fue arrasada por Escipión Emiliano (133 a. C.). Viriato y la ciudad de Numancia se convirtieron en los símbolos de la resistencia peninsular.
Los pequeños pueblos de las montañas del norte peninsular, cántabros, astures, vacceos, galaicos, entre otros, se unieron para enfrentarse a los romanos. Las guerras cántabras empezaron en el año 29 a. C. y terminaron diez años después.
La conquista la realizó el emperador Octavio Augusto. Los pueblos del norte fueron derrotados en una amplia operación militar dirigida personalmente por el emperador en el año 26 a. C.. Solo cuando Roma logró vencer a cántabros, astures y galaicos, en el año 19 a. C., el emperador dio por concluida la conquista de Hispania.
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Roma no paga traidores
Quizás, si los lusitanos no hubieran sido traicionados por Roma hacia el año 150 a. C., nunca hubiera existido Viriato. Con la excusa de una tregua, 8.000 gu...
Conquista del litoral mediterráneo
Los romanos conquistaron sin mayores dificultades las zonas que habían vivido en contacto con los colonizadores fenicios y griegos. La campaña, dirigida por Publio Cornelio Escipión, cubrió sus objetivos al conquistar Cartagena, dominar el valle del Guadalquivir y rendir Cádiz (206). Las posteriores actuaciones del cónsul Catón (194), que aseguró el control sobre el valle del Ebro, y de Sempronio Graco, abrieron la penetración romana hacia la meseta.
Conquista de la Meseta y del norte peninsular
Fue en el avance hacia la Meseta cuando comenzaron las complicaciones, ya que Roma estaba envuelta en varios conflictos bélicos, entre otros, con los cartagineses y con pueblos peninsulares del oeste, centro y norte. La estrategia de los pueblos prerromanos se basó en una guerra de guerrillas contra las legiones romanas. Dos fueron los conflictos principales, la guerra lusitana y la guerra celtibérica.
Los lusitanos, que contaban con un gran caudillo, Viriato, mantuvieron su lucha contra Roma hasta el año 139 a. C. en que su jefe fue asesinado. La guerra celtibérica, tras una fase inicial (154 a. C.-151 a. C.), se concretó en la resistencia de la ciudad arévaca de Numancia hasta que fue arrasada por Escipión Emiliano (133 a. C.). Viriato y la ciudad de Numancia se convirtieron en los símbolos de la resistencia peninsular.
Los pequeños pueblos de las montañas del norte peninsular, cántabros, astures, vacceos, galaicos, entre otros, se unieron para enfrentarse a los romanos. Las guerras cántabras empezaron en el año 29 a. C. y terminaron diez años después.
La conquista la realizó el emperador Octavio Augusto. Los pueblos del norte fueron derrotados en una amplia operación militar dirigida personalmente por el emperador en el año 26 a. C.. Solo cuando Roma logró vencer a cántabros, astures y galaicos, en el año 19 a. C., el emperador dio por concluida la conquista de Hispania.