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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Las incursiones germánicas en la Península...

Las incursiones germánicas en la Península
El final de la expansión y la crisis del siglo III propiciaron que poblaciones germánicas fueran asentándose paulatinamente dentro de las fronteras del imperio romano. En ocasiones lo hacían pacíficamente a través de un pacto con Roma, que les otorgaba el derecho a instalarse en un territorio determinado, generalmente a cambio de su fuerza militar; pero a veces violentamente, mediante el saqueo. Vándalos, suevos, alanos y visigodos fueron los pueblos que alcanzaron las fronteras de Hispania.

En el año 409, los suevos, los vándalos y los alanos penetraron en la península Ibérica. En el año 416, el emperador de Occidente establecía un acuerdo de federación con los visigodos para expulsarlos de Hispania. Los visigodos expulsaron a vándalos y alanos al norte de África, y arrinconaron a los suevos en las tierras de la actual Galicia. El reino suevo se consolidó en este territorio y permaneció casi cien años, hasta que fue definitivamente conquistado.

A cambio, los romanos concedieron a los visigodos tierras en el sudeste de la Galia (actual Francia), que, con las expulsiones, se extendieron progresivamente hacia el sur de los Pirineos. A comienzos del siglo VI, los visigodos fueron expulsados de la Galia por los francos y se establecieron en la península Ibérica. Toledo pasó a ser la capital. La mayoría de la población estaba constituida por hispanorromanos y solo una minoría por los dirigentes germanos.