reino visigodo de Toledo
Conversión de Recaredo, de A. Muñoz Degrain
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El Liber Iudiciorum
El Liber Iudiciorum (también conocido como Fuero Juzgo) es una magna recopilación legislativa preparada por Chindasvinto y que se publicó bajo el reinado de...
Los visigodos ocuparon Hispania durante tres siglos, desde la conquista de Barcelona por Ataúlfo (415) hasta la invasión musulmana (711). Su asentamiento se redujo, casi exclusivamente, a la zona oriental de la Meseta, rechazando las partes montañosas y las costas. Nunca llegaron a dominar de manera efectiva toda la Península; las luchas con los suevos, las sublevaciones de los vascones y la presencia de los bizantinos, fueron los más serios obstáculos a ese dominio.
El reino de Toledo alcanzó su plenitud en la segunda mitad del siglo VI y en la primera mitad del VII. A ello contribuyeron algunos reyes, que lucharon por la unificación territorial, jurídica y religiosa.
El rey Leovigildo (568-586) consolidó la autoridad real, conquistó el reino suevo y ganó terreno a los vascones y cántabros. Su hijo Recaredo (586-601) se convirtió al catolicismo, con lo que impulsó la unidad religiosa. En el 625, el rey Suintila conquistó la costa desde Cádiz a Valencia, que estaba en poder bizantino. El rey Recesvinto (649-672) compiló las leyes para todo el reino en el llamado Fuero Juzgo o Liber Iudiciorum.
No se trató únicamente de una unificación territorial y jurídica. Fue de gran importancia también el proceso de aculturación o fusión de culturas entre la minoría germánica y el pueblo hispanorromano, así como la unificación religiosa desde la conversión de Recaredo (589).
Conversión de Recaredo, de A. Muñoz Degrain
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El Liber Iudiciorum
El Liber Iudiciorum (también conocido como Fuero Juzgo) es una magna recopilación legislativa preparada por Chindasvinto y que se publicó bajo el reinado de...
Los visigodos ocuparon Hispania durante tres siglos, desde la conquista de Barcelona por Ataúlfo (415) hasta la invasión musulmana (711). Su asentamiento se redujo, casi exclusivamente, a la zona oriental de la Meseta, rechazando las partes montañosas y las costas. Nunca llegaron a dominar de manera efectiva toda la Península; las luchas con los suevos, las sublevaciones de los vascones y la presencia de los bizantinos, fueron los más serios obstáculos a ese dominio.
El reino de Toledo alcanzó su plenitud en la segunda mitad del siglo VI y en la primera mitad del VII. A ello contribuyeron algunos reyes, que lucharon por la unificación territorial, jurídica y religiosa.
El rey Leovigildo (568-586) consolidó la autoridad real, conquistó el reino suevo y ganó terreno a los vascones y cántabros. Su hijo Recaredo (586-601) se convirtió al catolicismo, con lo que impulsó la unidad religiosa. En el 625, el rey Suintila conquistó la costa desde Cádiz a Valencia, que estaba en poder bizantino. El rey Recesvinto (649-672) compiló las leyes para todo el reino en el llamado Fuero Juzgo o Liber Iudiciorum.
No se trató únicamente de una unificación territorial y jurídica. Fue de gran importancia también el proceso de aculturación o fusión de culturas entre la minoría germánica y el pueblo hispanorromano, así como la unificación religiosa desde la conversión de Recaredo (589).