Consolidación de los reinos
Fernando III
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Las Cortes
En 1188, los reyes de León convocaron el primer parlamento de toda Europa: las Cortes, que reunían a la nobleza, al clero y a los representantes de las ciud...
Navarra
Aragón y Navarra fueron gobernados por descendientes de Sancho III y, entre 1076 y 1134, estuvieron unidos. En esta época, la expansión de Navarra hacia el sur se detuvo porque los avances de Aragón y Castilla la aislaron de Al Andalus. En 1200, perdió a manos de Castilla los territorios de Álava, Guipúzcoa y Vizcaya y, por tanto, la salida al mar. Navarra fue a partir de entonces un pequeño reino, gobernado por dinastías francesas desde mediados del siglo XIII.
Portugal
En el siglo XII Portugal se consolidó como reino independiente de Castilla. Alfonso VI había dejado Castilla a su hija, doña Urraca, y el condado de Portugal a su hermana doña Teresa. El hijo de esta, Alfonso Enríquez, fue reconocido en 1143 como rey de Portugal. Desde ese momento, este reino amplió su territorio a costa de los musulmanes.
Corona de Castilla
Durante los siglos XI, XII y XIII el reino castellano-leonés se consolidó como el más extenso de la Península, pese a la independencia de Portugal en el siglo XII.
Castilla y León se unieron y dividieron varias veces. La unión definitiva se produjo en 1230, cuando Fernando III reunió ambos reinos bajo su autoridad, formando la Corona de Castilla, lo que dio fuerza al reino para sostener el esfuerzo conquistador del siglo XIII, que le permitió incorporar Extremadura y Andalucía. El reinado de su hijo, Alfonso X el Sabio (1252-1284), fue rico en empresas culturales y jurídicas, y conflictivo en las políticas.
La Corona de Castilla estaba constituida por un único Estado, con unas mismas instituciones y una misma ley. El rey castellano tenía más poderes que los demás reyes peninsulares y estaba en su mano convocar las Cortes.
Entre los siglos XI y XIII, la Corona de Castilla se convirtió en un importante foco espiritual y cultural. El Camino de Santiago, frecuentado por peregrinos de toda Europa, fue una importante vía para la penetración de la cultura occidental en la península Ibérica.
Corona de Aragón
La Corona de Aragón surgió en el siglo XII tras el matrimonio de doña Petronila (heredera de Aragón) y Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona, en 1137. El primer rey fue su hijo Alfonso I. Cuatro reinos componían la Corona: Aragón, Cataluña y, desde el siglo XIII, Valencia y Mallorca. Era una unión dinástica, pues cada territorio mantuvo sus propias leyes, instituciones y costumbres; cada reino tuvo también sus propias Cortes.
El poder del rey aragonés era menor que el del castellano: debía su poder al consentimiento de sus súbditos y, por eso, tenía que contar con las Cortes para gobernar. Además, en el siglo XIV se creó la Generalitat, para vigilar el cumplimiento de lo aprobado por las Cortes.
La Corona de Aragón tuvo una expansión menor que Castilla dentro de la Península. Pero, a partir del siglo XIII, su expansión en el Mediterráneo fue muy importante. Jaime I conquistó Baleares; su sucesor, Pedro el Grande, Sicilia (1282). Estas conquistas facilitaron el establecimiento de rutas comerciales seguras para los comerciantes aragoneses.
Fernando III
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Las Cortes
En 1188, los reyes de León convocaron el primer parlamento de toda Europa: las Cortes, que reunían a la nobleza, al clero y a los representantes de las ciud...
Navarra
Aragón y Navarra fueron gobernados por descendientes de Sancho III y, entre 1076 y 1134, estuvieron unidos. En esta época, la expansión de Navarra hacia el sur se detuvo porque los avances de Aragón y Castilla la aislaron de Al Andalus. En 1200, perdió a manos de Castilla los territorios de Álava, Guipúzcoa y Vizcaya y, por tanto, la salida al mar. Navarra fue a partir de entonces un pequeño reino, gobernado por dinastías francesas desde mediados del siglo XIII.
Portugal
En el siglo XII Portugal se consolidó como reino independiente de Castilla. Alfonso VI había dejado Castilla a su hija, doña Urraca, y el condado de Portugal a su hermana doña Teresa. El hijo de esta, Alfonso Enríquez, fue reconocido en 1143 como rey de Portugal. Desde ese momento, este reino amplió su territorio a costa de los musulmanes.
Corona de Castilla
Durante los siglos XI, XII y XIII el reino castellano-leonés se consolidó como el más extenso de la Península, pese a la independencia de Portugal en el siglo XII.
Castilla y León se unieron y dividieron varias veces. La unión definitiva se produjo en 1230, cuando Fernando III reunió ambos reinos bajo su autoridad, formando la Corona de Castilla, lo que dio fuerza al reino para sostener el esfuerzo conquistador del siglo XIII, que le permitió incorporar Extremadura y Andalucía. El reinado de su hijo, Alfonso X el Sabio (1252-1284), fue rico en empresas culturales y jurídicas, y conflictivo en las políticas.
La Corona de Castilla estaba constituida por un único Estado, con unas mismas instituciones y una misma ley. El rey castellano tenía más poderes que los demás reyes peninsulares y estaba en su mano convocar las Cortes.
Entre los siglos XI y XIII, la Corona de Castilla se convirtió en un importante foco espiritual y cultural. El Camino de Santiago, frecuentado por peregrinos de toda Europa, fue una importante vía para la penetración de la cultura occidental en la península Ibérica.
Corona de Aragón
La Corona de Aragón surgió en el siglo XII tras el matrimonio de doña Petronila (heredera de Aragón) y Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona, en 1137. El primer rey fue su hijo Alfonso I. Cuatro reinos componían la Corona: Aragón, Cataluña y, desde el siglo XIII, Valencia y Mallorca. Era una unión dinástica, pues cada territorio mantuvo sus propias leyes, instituciones y costumbres; cada reino tuvo también sus propias Cortes.
El poder del rey aragonés era menor que el del castellano: debía su poder al consentimiento de sus súbditos y, por eso, tenía que contar con las Cortes para gobernar. Además, en el siglo XIV se creó la Generalitat, para vigilar el cumplimiento de lo aprobado por las Cortes.
La Corona de Aragón tuvo una expansión menor que Castilla dentro de la Península. Pero, a partir del siglo XIII, su expansión en el Mediterráneo fue muy importante. Jaime I conquistó Baleares; su sucesor, Pedro el Grande, Sicilia (1282). Estas conquistas facilitaron el establecimiento de rutas comerciales seguras para los comerciantes aragoneses.