Luz ahora: 0,11954 €/kWh

ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: El proceso repoblador...

El proceso repoblador
En los siglos XI y XII se aplicaron diferentes modalidades de repoblación pero, en todos los casos, el problema básico fue el mismo: escasos efectivos de población para colonizar las nuevas tierras conquistadas a los musulmanes. Esto supuso la necesidad de favorecer la permanencia de la población musulmana y de atraer nuevos colonizadores mediante ventajas jurídicas y económicas, que se otorgaban a los municipios en las cartas pueblas.

Por otro lado, los nobles reaccionaron presionando a los campesinos para evitar que estos abandonasen las tierras señoriales y marchasen en busca de las libertades de los municipios. Además, la adjudicación a la nobleza y a las órdenes militares de grandes propiedades, como contraprestación a su colaboración militar, perjudicaría notablemente a las monarquías.

Repoblación de los valles

La repoblación entre el río Duero y el Sistema Central se desarrolló a partir de la caída de Toledo en manos cristianas en 1085. El territorio fue dividido en grandes circunscripciones constituidas por una ciudad o villa, que actuaba como capital, y un alfoz formado por numerosas aldeas y sus términos. Fueron las comunidades de villa y tierra, como las de Salamanca, Ávila, Segovia y Sepúlveda. En la zona del Tajo se siguió el mismo modelo, aunque con el papel hegemónico de Toledo.

En los grandes núcleos urbanos ribereños del río Ebro, como Tudela, Zaragoza y Tortosa, hubo un sistema de repartimiento. Se repartieron las casas del interior de cada núcleo y obligaron a los musulmanes que no quisieron exiliarse a instalarse en los arrabales. En las poblaciones aragonesas al sur del río Ebro, como Calatayud y Daroca, se organizaron según las pautas recogidas en los fueros o leyes especiales para un municipio, como el de Sepúlveda.

Zonas menos pobladas

Las tierras manchegas y el macizo de Teruel eran tierras poco pobladas por los musulmanes y recibieron escasos efectivos cristianos. Su repoblación fue lentísima y, en buena parte, se dejó en manos de las órdenes militares. Ello favoreció la creación de grandes latifundios, dedicados a la ganadería, ya que aquellos territorios proporcionaban excelentes pastos de invierno a los rebaños leoneses, castellanos y aragoneses.

Andalucía, Baleares y Levante

En el siglo XIII se produjo la ocupación de Andalucía, Baleares y Levante y la fórmula seguida fue el repartimiento, similar al de las poblaciones aragonesas del sur. Una comisión de oficiales reales evaluaba los bienes dejados por los musulmanes, hacía lotes y los entregaba a cada uno de los guerreros que había participado en la conquista en proporción a su rango. Poco después, la escasez de colonizadores dejó en manos de grandes terratenientes gran parte de Andalucía y la actual Extremadura.