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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Las devociones populares: el culto a los santos...

Las devociones populares: el culto a los santos
La Iglesia se esforzó durante estos siglos en la culturización religiosa, en desarraigar las costumbres precristianas y en difundir la doctrina de los sacramentos, en especial, los de la penitencia y el matrimonio, todavía escasamente admitido entre la población.

Desde el siglo XII se generalizaron las devociones a los santos, como las de Santa María, San Martín, San Miguel o San Nicolás. Después, como los demás europeos, los hispanos aceptaron la idea de que ciertos santos eran intermediarios entre Dios y los hombres, y podían interceder por las personas en las decisiones divinas y actuar en la curación de algunos males.

A finales del siglo XIII se había extendido la idea de que todas las personas, todos los oficios y hasta los propios reinos tenían sus santos protectores. Este fenómeno fue acompañado de la difusión de los nombres del santoral cristiano entre los habitantes de los reinos, que empezaron a adoptarlos desde el año 1000. Se multiplicó el número de lugares de culto y se generalizó la veneración de las reliquias. Los principales lugares del cristianismo y las iglesias y monasterios donde se conservaban las reliquias de los santos atrajeron a numerosos viajeros y peregrinos. Los centros de peregrinación más destacados eran Jerusalén, escenario de la pasión y muerte de Jesús; Roma, sede del Papa; y, más tarde, Compostela, en donde a principios del siglo IX se creyó haber encontrado el sepulcro del apóstol Santiago.

Este fue, sin duda, el santo más venerado de la Península y muy pronto, alentados por los reyes y por la Iglesia, llegaron a Compostela peregrinos de toda Europa. Pero fue sobre todo entre los siglos XI y XIII cuando el Camino de Santiago conoció su máximo esplendor. Este santo fue, además, patrón de oficios y reinos, así como de la orden militar de Santiago.