ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Las lenguas romances y su literatura...

Las lenguas romances y su literatura

Miniatura de las Cantigas de Alfonso X
Mientras la cultura se fomentó en los ámbitos eclesiásticos, el latín se mantuvo como idioma culto exclusivo. Pero, cuando la sociedad burguesa comenzó a estimar y necesitar los valores culturales, tendió a expresarlos en su lengua de uso diario. Las monarquías favorecieron el desarrollo de esas nuevas lenguas. En la Península, las primeras muestras escritas de las nuevas lenguas son las anotaciones o glosas puestas a las palabras latinas para su mejor comprensión. Es el caso de las llamadas Glosas Emilianenses, que se consideran el primer texto que pretendió ser castellano, diferenciado del latín, lo que ocurrió hace ahora unos mil años.

En el siglo XI aparecieron las primeras expresiones literarias, las jarchas, canciones mozárabes, breves y de carácter lírico, que servían de remate a los poemas de lengua árabe. En catalán, las más antiguas muestras, Homilies d'Organyá y la lírica trovadoresca, de influencia provenzal, se remontan a la segunda mitad del siglo XII. En la zona castellana, juglares (mester de juglaría) y clérigos (mester de clerecía) fueron los creadores de una poesía que va desde el Cantar de Mío Cid, en el siglo XII, a los Milagros de Berceo, en el XIII. Progresivamente, los documentos fueron conteniendo un mayor número de palabras no latinas.

Desde mediados del siglo XII, Toledo se había convertido en un foco internacional de cultura. Era un centro de relaciones culturales entre judíos, árabes y cristianos, adonde acudieron también intelectuales europeos que dieron vida a la escuela de traductores de Toledo. Con esta tradición cultural enlazó la obra de Alfonso X el Sabio. Bajo su patrocinio se escribieron importantes obras: unas jurídicas, como Las Partidas; otras científicas, como El libro del saber de astronomía, y otras históricas, como la Grande e General Estoria y la Crónica General, referida a España. Su obra poética, las Cantigas está escrita en gallego.

En Cataluña se mantuvo la tradición de enlace cultural entre el mundo musulmán y el europeo, representada, desde siglos anteriores, por centros como el monasterio de Ripoll. En el siglo XIII, la gran figura fue Ramón Llull, monje mallorquín, que contribuyó a la creación de la prosa en lengua catalana.