La crisis
Desde 1270 aparecieron los primeros síntomas de una crisis que afectó a todos los órdenes de la vida. Los cultivos especulativos que impulsaron los señores con el objetivo de enriquecerse debido a los buenos años anteriores, impidieron el desarrollo de los cultivos de subsistencia y las capas más humildes empezaron a pasar hambre. Además, esta nueva economía orientada únicamente al comercio y a hacer dinero, paralizó las roturaciones de nuevas tierras que venían dándose desde el siglo X. El empeoramiento climático trajo las malas cosechas y el hambre generalizado provocó una merma en las defensas biológicas de la población. La Peste Negra vino así a completar el cuadro de crisis que se vivió durante todo el siglo XIV, empeorado además por la Guerra de los Cien Años y los conflictos sociales. Todos estos factores eran a la vez causa y consecuencia de la crisis.
La crisis económica transcurrió a la vez que la crisis demográfica y en parte estuvo causada por ella. Los campos se despoblaron y se produjo un retroceso de los cultivos. Los señores se vieron obligados a pagar un salario más alto a los campesinos para evitar su emigración a las ciudades; sin embargo, la población había descendido tanto que no había demanda suficiente y los precios bajaron. Estas circunstancias, salarios altos y bajos precios, desestabilizaron profundamente la economía y provocaron la caída de las rentas señoriales. Los señores se vieron obligados a buscar nuevas salidas para hacer rentables sus propiedades a riesgo de caer en bancarrota. Esto ocurrió en el siglo XV, cuando los campos se dedicaron a pastos para la cría de la lana y se potenciaron cultivos como la vid y el olivo. Estos productos impulsaron el comercio y produjeron importantes beneficios.
Desde 1270 aparecieron los primeros síntomas de una crisis que afectó a todos los órdenes de la vida. Los cultivos especulativos que impulsaron los señores con el objetivo de enriquecerse debido a los buenos años anteriores, impidieron el desarrollo de los cultivos de subsistencia y las capas más humildes empezaron a pasar hambre. Además, esta nueva economía orientada únicamente al comercio y a hacer dinero, paralizó las roturaciones de nuevas tierras que venían dándose desde el siglo X. El empeoramiento climático trajo las malas cosechas y el hambre generalizado provocó una merma en las defensas biológicas de la población. La Peste Negra vino así a completar el cuadro de crisis que se vivió durante todo el siglo XIV, empeorado además por la Guerra de los Cien Años y los conflictos sociales. Todos estos factores eran a la vez causa y consecuencia de la crisis.
La crisis económica transcurrió a la vez que la crisis demográfica y en parte estuvo causada por ella. Los campos se despoblaron y se produjo un retroceso de los cultivos. Los señores se vieron obligados a pagar un salario más alto a los campesinos para evitar su emigración a las ciudades; sin embargo, la población había descendido tanto que no había demanda suficiente y los precios bajaron. Estas circunstancias, salarios altos y bajos precios, desestabilizaron profundamente la economía y provocaron la caída de las rentas señoriales. Los señores se vieron obligados a buscar nuevas salidas para hacer rentables sus propiedades a riesgo de caer en bancarrota. Esto ocurrió en el siglo XV, cuando los campos se dedicaron a pastos para la cría de la lana y se potenciaron cultivos como la vid y el olivo. Estos productos impulsaron el comercio y produjeron importantes beneficios.