Una recuperación irregular
Cañadas y principales centros comerciales de la Corona de Castilla
Hacia 1420 ya existían síntomas de la recuperación de la población, aunque el crecimiento se produjo de forma irregular en las distintas zonas de la Península. Castilla fue, sin duda, la primera en recuperarse y la que lo hizo con mayor éxito. Aragón vivió una crisis más larga y profunda, de la que no despegó hasta finales del siglo XV y de la que Valencia salió al final beneficiada. Navarra siguió una trayectoria parecida a la aragonesa.
Expansión de la economía castellana
Desde principios del siglo XV se produjo un relanzamiento económico adaptado a las nuevas circunstancias: aumento de la población urbana e integración en la economía europea. La Península se vio claramente favorecida debido a la sustitución de la vía terrestre por la marítima entre Flandes e Italia.
Con la recuperación demográfica, los señores se replantearon la orientación de sus haciendas y sus beneficios y se dedicaron a producir en función del mercado. Algunos cultivos de exportación (vid, olivo) alcanzaron una gran expansión, especialmente en Andalucía. Pero el hecho más destacado fue el auge espectacular de la ganadería lanar (1,5 millones de cabezas en 1300; 5 millones en 1480). La nobleza, que controlaba la poderosa Mesta, y la monarquía potenciaron este sector, convertido en el motor de la economía castellana.
El comercio de exportación de lana dio vida a un área económica, con centro en Burgos (gran mercado lanero), que se proyectaba en los puertos del Cantábrico, especialmente los vascos. La costa atlántica andaluza era otra importante área comercial, cuyo principal foco era Sevilla, centro de construcción naval e importante escala comercial en la ruta entre el Mediterráneo y el Atlántico. La principal industria castellana fue la industria textil. Pero, menos importante de lo que correspondía a la gran producción de lana, esta industria se limitó a abastecer el mercado interior y no pudo competir con los productos flamencos.
Evolución de la economía en Aragón
Entre 1275 y 1356, las zonas marítimas de la Corona de Aragón (Cataluña y Baleares, especialmente) alcanzaron una formidable expansión económica paralela a la expansión militar.
La base de esta prosperidad económica fue un activo comercio en todo el ámbito mediterráneo impulsado por una poderosa burguesía. Los mercaderes catalanes, en dura competencia con genoveses y venecianos, importaban especias, trigo y algodón, y exportaban tejidos, manufacturas de hierro y armas.
Estimuladas por el comercio, las actividades manufactureras se extendieron por toda Cataluña y consiguieron un gran florecimiento y variedad. En el trabajo del hierro se introdujeron avances técnicos muy importantes en su época y la construcción naval obtuvo el nivel que correspondía a un gran imperio marítimo. La industria textil fue otro de los pilares de la economía catalana.
Desde mediados del siglo XIV se inició en Cataluña la crisis económica y social y se agravó en el siglo XV a causa de la persistencia de las epidemias, los conflictos sociales y la guerra civil durante el reinado de Juan II. En el siglo XV, Valencia heredó de Cataluña-su esplendor económico.
El reino de Aragón, tierra interior, desarrolló unas estructuras económicas y sociales más parecidas a las de Castilla. Como en Castilla, los ganaderos se agruparon en organismos (Casa de Ganaderos de Zaragoza, Mesta de Albarracín) que no tuvieron la influencia de la Mesta castellana.
Cañadas y principales centros comerciales de la Corona de Castilla
Hacia 1420 ya existían síntomas de la recuperación de la población, aunque el crecimiento se produjo de forma irregular en las distintas zonas de la Península. Castilla fue, sin duda, la primera en recuperarse y la que lo hizo con mayor éxito. Aragón vivió una crisis más larga y profunda, de la que no despegó hasta finales del siglo XV y de la que Valencia salió al final beneficiada. Navarra siguió una trayectoria parecida a la aragonesa.
Expansión de la economía castellana
Desde principios del siglo XV se produjo un relanzamiento económico adaptado a las nuevas circunstancias: aumento de la población urbana e integración en la economía europea. La Península se vio claramente favorecida debido a la sustitución de la vía terrestre por la marítima entre Flandes e Italia.
Con la recuperación demográfica, los señores se replantearon la orientación de sus haciendas y sus beneficios y se dedicaron a producir en función del mercado. Algunos cultivos de exportación (vid, olivo) alcanzaron una gran expansión, especialmente en Andalucía. Pero el hecho más destacado fue el auge espectacular de la ganadería lanar (1,5 millones de cabezas en 1300; 5 millones en 1480). La nobleza, que controlaba la poderosa Mesta, y la monarquía potenciaron este sector, convertido en el motor de la economía castellana.
El comercio de exportación de lana dio vida a un área económica, con centro en Burgos (gran mercado lanero), que se proyectaba en los puertos del Cantábrico, especialmente los vascos. La costa atlántica andaluza era otra importante área comercial, cuyo principal foco era Sevilla, centro de construcción naval e importante escala comercial en la ruta entre el Mediterráneo y el Atlántico. La principal industria castellana fue la industria textil. Pero, menos importante de lo que correspondía a la gran producción de lana, esta industria se limitó a abastecer el mercado interior y no pudo competir con los productos flamencos.
Evolución de la economía en Aragón
Entre 1275 y 1356, las zonas marítimas de la Corona de Aragón (Cataluña y Baleares, especialmente) alcanzaron una formidable expansión económica paralela a la expansión militar.
La base de esta prosperidad económica fue un activo comercio en todo el ámbito mediterráneo impulsado por una poderosa burguesía. Los mercaderes catalanes, en dura competencia con genoveses y venecianos, importaban especias, trigo y algodón, y exportaban tejidos, manufacturas de hierro y armas.
Estimuladas por el comercio, las actividades manufactureras se extendieron por toda Cataluña y consiguieron un gran florecimiento y variedad. En el trabajo del hierro se introdujeron avances técnicos muy importantes en su época y la construcción naval obtuvo el nivel que correspondía a un gran imperio marítimo. La industria textil fue otro de los pilares de la economía catalana.
Desde mediados del siglo XIV se inició en Cataluña la crisis económica y social y se agravó en el siglo XV a causa de la persistencia de las epidemias, los conflictos sociales y la guerra civil durante el reinado de Juan II. En el siglo XV, Valencia heredó de Cataluña-su esplendor económico.
El reino de Aragón, tierra interior, desarrolló unas estructuras económicas y sociales más parecidas a las de Castilla. Como en Castilla, los ganaderos se agruparon en organismos (Casa de Ganaderos de Zaragoza, Mesta de Albarracín) que no tuvieron la influencia de la Mesta castellana.