Arquitectura
La arquitectura se desarrolló dentro de los esquemas del gótico, con influencias alemanas y franco-borgoñonas en su etapa final del siglo XV (flamígero).
En el siglo XIV, la mayor actividad constructiva correspondió a la Corona de Aragón, en consonancia con su auge económico.
En el siglo XV, Castilla reemprendió las grandes construcciones religiosas (catedral de Sevilla) y civiles (alcázar de Segovia).
Escultura
El afán individualista de pervivencia después de la muerte explica la magnificencia de la escultura funeraria del siglo XV. Soberbios conjuntos sepulcrales (sepulcro de Carlos III de Navarra y Leonor de Castilla, catedral de Pamplona) proclaman el triunfo en la Península del estilo borgoñón de Claus Sluter y sus discípulos.
Pintura
La pintura catalana (hermanos Serra, Ferrer Bassa), la más creativa del siglo XIV, denota la delicadeza y distinción de la escuela italiana de Siena.
Durante la primera mitad del siglo XV penetró en la Península el llamado «estilo internacional». Esta tendencia está representada por Lluis Borrassà y Bernat Martorell, en Cataluña, y por Nicolás Francés, en Castilla. En la segunda mitad del siglo, el realismo de la escuela flamenca se impuso en Cataluña, con Lluis Dalmau, y en Castilla, donde las intensas relaciones con Flandes y la presencia de pintores flamencos, como Jorge Inglés, originaron la «escuela hispano-flamenca».
La arquitectura se desarrolló dentro de los esquemas del gótico, con influencias alemanas y franco-borgoñonas en su etapa final del siglo XV (flamígero).
En el siglo XIV, la mayor actividad constructiva correspondió a la Corona de Aragón, en consonancia con su auge económico.
En el siglo XV, Castilla reemprendió las grandes construcciones religiosas (catedral de Sevilla) y civiles (alcázar de Segovia).
Escultura
El afán individualista de pervivencia después de la muerte explica la magnificencia de la escultura funeraria del siglo XV. Soberbios conjuntos sepulcrales (sepulcro de Carlos III de Navarra y Leonor de Castilla, catedral de Pamplona) proclaman el triunfo en la Península del estilo borgoñón de Claus Sluter y sus discípulos.
Pintura
La pintura catalana (hermanos Serra, Ferrer Bassa), la más creativa del siglo XIV, denota la delicadeza y distinción de la escuela italiana de Siena.
Durante la primera mitad del siglo XV penetró en la Península el llamado «estilo internacional». Esta tendencia está representada por Lluis Borrassà y Bernat Martorell, en Cataluña, y por Nicolás Francés, en Castilla. En la segunda mitad del siglo, el realismo de la escuela flamenca se impuso en Cataluña, con Lluis Dalmau, y en Castilla, donde las intensas relaciones con Flandes y la presencia de pintores flamencos, como Jorge Inglés, originaron la «escuela hispano-flamenca».