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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: La producción artística, tanto arquitectónica como...

La producción artística, tanto arquitectónica como escultórica y pictórica, llegó a España desde los dos ámbitos con los que Castilla y Aragón se relacionaban desde el siglo XIII: el mundo de Inglaterra, Flandes y las ciudades alemanas, y el mundo italiano del Renacimiento, que poco a poco fue imponiéndose al primero.

El gótico flamígero y el plateresco

La arquitectura flamígera de influencia flamenca, con persistencia de elementos tradicionales mudéjares, produjo en Castilla el estilo «isabelino», al que pertenecen la Capilla Real de Granada, los hospitales Reales de Santiago, Toledo y Granada, y el pequeño templo de San Juan de los Reyes de Toledo, obra del francés Juan Guas. El gótico civil de la Corona de Aragón produjo en Valencia una obra maestra: la Lonja de la Seda, obra de Pedro Compte.

Las primeras manifestaciones del Renacimiento adoptaron una modalidad de abundante y menuda decoración llamada «plateresco», cuyo principal ejemplo es la fachada de la Universidad de Salamanca. Las tradiciones decorativas mudéjares aplicadas a interiores renacentistas dieron lugar al denominado estilo «Cisneros», que se aprecia en la Universidad de Alcalá.

La escultura

En la cartuja de Miraflores (Burgos), Gil de Siloé realizó un soberbio conjunto sepulcral con las tumbas de Juan II de Castilla y de Isabel de Portugal. El relieve tiene su mayor representación en Rodrigo Duque, quien perpetuó episodios de la conquista de Granada en la sillería baja del coro de la catedral de Toledo. A comienzos del siglo XVI, una serie de escultores italianos que vinieron a trabajar a Castilla sustituyó la influencia flamenca por la renacentista italiana. Doménico Fancelli impuso el estilo clásico en el sepulcro de los Reyes Católicos, en la Capilla Real de Granada.

Pintura flamenca y renacentista

La tradición naturalista flamenca persistió con fuerza y algunos maestros flamencos, como Juan de Flandes, trabajaron en Castilla. Esta tendencia es evidente en Bartolomé Bermejo, pintor de figuras enérgicas y monumentales. En cambio, Alejo Fernández (Vrgen de los navegantes), que trabajó en Andalucía, y el castellano Pedro Berruguete (Retablo de Santo Tomás de Ávila) partieron de una formación flamenca para asimilar las técnicas del Quattrocento italiano.

El Renacimiento triunfó en la escuela valenciana de principios del siglo XVI, con artistas como Rodrigo Osona, Pablo de San Leocadio y, sobre todo, Fernando Yáñez, Hernando Llanos y Juan de Borgoña.