Final de la dinastía y de sus dominios en Europa
Durante el reinado de Carlos II (1665-1700), la monarquía española quedó reducida a potencia de segundo rango. Aprovechando su debilidad, Luis XIV ejerció una continua presión sobre los dominios españoles anexionándose el Franco Condado y numerosas plazas de Flandes.
Los años finales del reinado de Carlos II estuvieron marcados por el problema de la sucesión, ya que el rey no podía concebir un heredero. La sucesión implicó a todas las potencias europeas, y los principales candidatos fueron Felipe de Anjou, de la dinastía Borbón, y el archiduque Carlos, de los Habsburgo. Al final se designó sucesor a Felipe de Anjou, sobrino del rey francés Luis XIV. Se pensó que, con la protección de Francia, se evitaría que las demás potencias europeas se repartiesen los territorios de la monarquía.
Durante el reinado de Carlos II (1665-1700), la monarquía española quedó reducida a potencia de segundo rango. Aprovechando su debilidad, Luis XIV ejerció una continua presión sobre los dominios españoles anexionándose el Franco Condado y numerosas plazas de Flandes.
Los años finales del reinado de Carlos II estuvieron marcados por el problema de la sucesión, ya que el rey no podía concebir un heredero. La sucesión implicó a todas las potencias europeas, y los principales candidatos fueron Felipe de Anjou, de la dinastía Borbón, y el archiduque Carlos, de los Habsburgo. Al final se designó sucesor a Felipe de Anjou, sobrino del rey francés Luis XIV. Se pensó que, con la protección de Francia, se evitaría que las demás potencias europeas se repartiesen los territorios de la monarquía.