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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Industria...

Industria

Tapiz realizado en la Real Fábrica de Tapices de Madrid

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La Real Fábrica de Tapices
Felipe V, el primero de los borbones, se había criado entre el lujo y la opulencia de la Corte francesa de su abuelo Luis XIV. La fundación de la Real Fábri...
El desarrollo industrial estuvo condicionado por la política ilustrada y por las deficiencias de las estructuras económicas. Se mantuvo un planteamiento de corte mercantilista cuyas bases eran el intervencionismo estatal y el proteccionismo.

Las manufacturas reales pretendieron ser un estímulo industrial y una fuente creadora de riqueza para disminuir las importaciones, como la Real Fábrica de Tapices. Sin embargo, su producción fue poco competitiva y su papel muy escaso en el conjunto de la economía nacional.

Se instalaron algunas manufacturas en Guadalajara, Ávila y Segovia, a fin de aprovechar las lanas castellanas; otras fabricaron productos de lujo y encontraron su mejor cliente en la Corona (porcelanas del Buen Retiro; cristal de La Granja). También se fundaron industrias siderúrgicas, como las de Liérganes y La Cavada, para abastecer la demanda del ejército y de la armada.

Pero el verdadero problema de la industria era estructural: en lo referente a la demanda, existía un escaso nivel de consumo y una clara debilidad del mercado nacional y, en cuanto a la oferta, unas pobres expectativas de negocio, lo que siguió favoreciendo la mentalidad rentista y conservadora frente a la industrial y emprendedora.

La industria textil, centrada en Cataluña, tuvo especial importancia. El estímulo del propio mercado regional y el acceso al comercio colonial fortaleció la industria pero las verdaderas bases no se pusieron hasta finales de siglo, cuando el beneficio industrial superó en interés a la renta señorial. Llegaron a Cataluña por entonces las máquinas textiles británicas.