ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: La Ilustración en España...

La Ilustración en España

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El desarrollo científico español en el siglo XVIII
Andrés Piquer desarrolla métodos de observación clínica.
Los ilustrados españoles se movieron en el entorno de la Corona, ocupando cargos políticos principales desde los que potenciaron el reformismo. No cuestionaron el despotismo borbónico, sino que lo entendieron como la palanca poderosa que había que utilizar para remover las estructuras establecidas y sacar al país de la decadencia. En general, su actitud fue moderada y en su condición de cristianos ilustrados se encuentra su mayor peculiaridad.

Domínguez Ortiz plantea la evolución ideológica ilustrada distinguiendo un primer momento, en los comienzos del siglo, cuando penetran las nuevas ideas y se plantean los modernos conceptos y métodos científicos y filosóficos. El segundo momento, en el segundo cuarto de siglo, se inició con un ambiente más abierto, reflejado en la publicación del Teatro crítico de Feijoo (1726). En el tercer cuarto de siglo se produjo el momento de plenitud, en torno a Carlos III y sus ministros (Aranda, Floridablanca y Campomanes). Hacia 1780 se inició, sin embargo, un período de reacción que cortó el proceso reformista. Las universidades se convirtieron en baluartes contra el reformismo, y la Corona inició la lucha por su control para someterlas a su política y eliminar en ellas la influencia eclesiástica.

La expulsión de los jesuitas (1767) significó un conflicto religioso y político puesto que estos influían en el gobierno a través de sus antiguos alumnos. Campomanes aprovechó el trasfondo de otras expulsiones (Portugal, Francia) y el propicio ambiente de renovación religiosa española, que deseaba la potenciación del papel de los párrocos y los obispos frente al excesivo poder de Roma, para presionar a Carlos III en una coyuntura favorable. A raíz del motín de Esquilache, los jesuitas fueron acusados de participar en él.