La Edad de Plata
Desde la crisis del 98 hasta la época de entreguerras, la cultura española vivió una etapa de gran esplendor, gracias a la obra de varias generaciones de escritores, artistas e investigadores, que constituyeron el soporte de una Edad de Plata, así denominada en comparación con el Siglo de Oro español.
A partir de 1898, se hizo evidente en España el protagonismo de los intelectuales, que lograron una fuerte proyección pública al intervenir en los más variados aspectos de la vida política y social. Alcanzaron su mayor esplendor durante los años veinte y treinta, a través de figuras como Unamuno, Ortega y Gasset o Azaña. La apertura al exterior y la preocupación por los problemas nacionales fueron sus grandes temas de interés.
La transformación de la sociedad española durante el primer tercio del siglo XX, cada vez más urbanizada y de masas, se puso de manifiesto en sus hábitos sociales y culturales:
Los espacios de sociabilidad y relación personal se hicieron menos elitistas y sexistas.
Se desarrollaron espectáculos de masas literarios, deportivos y musicales.
Se amplió y diversificó el tiempo de ocio.
Desde la crisis del 98 hasta la época de entreguerras, la cultura española vivió una etapa de gran esplendor, gracias a la obra de varias generaciones de escritores, artistas e investigadores, que constituyeron el soporte de una Edad de Plata, así denominada en comparación con el Siglo de Oro español.
A partir de 1898, se hizo evidente en España el protagonismo de los intelectuales, que lograron una fuerte proyección pública al intervenir en los más variados aspectos de la vida política y social. Alcanzaron su mayor esplendor durante los años veinte y treinta, a través de figuras como Unamuno, Ortega y Gasset o Azaña. La apertura al exterior y la preocupación por los problemas nacionales fueron sus grandes temas de interés.
La transformación de la sociedad española durante el primer tercio del siglo XX, cada vez más urbanizada y de masas, se puso de manifiesto en sus hábitos sociales y culturales:
Los espacios de sociabilidad y relación personal se hicieron menos elitistas y sexistas.
Se desarrollaron espectáculos de masas literarios, deportivos y musicales.
Se amplió y diversificó el tiempo de ocio.