Tres generaciones intelectuales
Cartel de la obra Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores, de García Lorca
En este período se puede hablar de varias generaciones en la cultura española del primer tercio del siglo XX: las conocidas como de 1898, 1914 y 1927.
Generación del 98
En la generación del 98 destacaron escritores y periodistas (Unamuno, Azorín, Baroja, Maragall, Valle-Inclán o Machado), filólogos e historiadores (Menéndez Pidal o Altamira), pintores (Rusiñol, Casas o Zuloaga) y arquitectos modernistas (Gaudí, Domènech i Montaner).
Fue la generación más crítica con el sistema político de la Restauración. Su contribución literaria y artística fue enorme. Su adscripción a la corriente literaria y cultural del Modernismo renovó la sensibilidad artística y literaria de España. Su revalorización del paisaje de Castilla o de la pintura de El Greco estableció alguno de los cánones estéticos más duraderos de la cultura española del siglo XX.
Generación del 14
La generación del 14 se volcó más en el objetivo de encontrar soluciones para los problemas de España. A ella pertenecieron pensadores y ensayistas (Ortega y Gasset, Azaña o Eugenio d'Ors), científicos (Marañón y Cabrera), humanistas y pedagogos (Castro, Pijoan, Luzuriaga), pintores (Gutiérrez Solana) y escritores (Pérez de Ayala o Gómez de la Serna).
Frente al pesimismo de sus maestros del 98, la generación del 14 afrontó la defensa de una «nueva política» y su voluntad de constituirse en la aristocracia intelectual que ha de guiar los destinos del pueblo. La orientación ideológica de estos intelectuales fue diversa en su actuación política concreta, pero todos tenían algunas ideas comunes: la conciencia de ser una minoría selecta, similares gustos artísticos o la pasión por la educación. Una preocupación común fue la apertura a las corrientes intelectuales y científicas de Europa y su traslación a España y a los países americanos de habla hispana.
Generación del 27
En la generación del 27, destacaron los poetas Pedro Salinas, Jorge Guillén, Gerardo Diego, Federico García Lorca, Rafael Alberti, Dámaso Alonso, Vicente Aleixandre, Miguel Hernández y Luis Cernuda.
Todos ellos fueron influenciados por el lenguaje poético de Góngora y por las formas populares del Romancero, pero también ejercieron una gran influencia las corrientes de vanguardia, como fue el surrealismo. Por tanto, además de escribir a los asuntos del ser humano (amor, muerte, destino, etc.), exploraron el mundo de lo inconsciente y pretendieron alcanzar la belleza absoluta a través de la poesía.
Cartel de la obra Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores, de García Lorca
En este período se puede hablar de varias generaciones en la cultura española del primer tercio del siglo XX: las conocidas como de 1898, 1914 y 1927.
Generación del 98
En la generación del 98 destacaron escritores y periodistas (Unamuno, Azorín, Baroja, Maragall, Valle-Inclán o Machado), filólogos e historiadores (Menéndez Pidal o Altamira), pintores (Rusiñol, Casas o Zuloaga) y arquitectos modernistas (Gaudí, Domènech i Montaner).
Fue la generación más crítica con el sistema político de la Restauración. Su contribución literaria y artística fue enorme. Su adscripción a la corriente literaria y cultural del Modernismo renovó la sensibilidad artística y literaria de España. Su revalorización del paisaje de Castilla o de la pintura de El Greco estableció alguno de los cánones estéticos más duraderos de la cultura española del siglo XX.
Generación del 14
La generación del 14 se volcó más en el objetivo de encontrar soluciones para los problemas de España. A ella pertenecieron pensadores y ensayistas (Ortega y Gasset, Azaña o Eugenio d'Ors), científicos (Marañón y Cabrera), humanistas y pedagogos (Castro, Pijoan, Luzuriaga), pintores (Gutiérrez Solana) y escritores (Pérez de Ayala o Gómez de la Serna).
Frente al pesimismo de sus maestros del 98, la generación del 14 afrontó la defensa de una «nueva política» y su voluntad de constituirse en la aristocracia intelectual que ha de guiar los destinos del pueblo. La orientación ideológica de estos intelectuales fue diversa en su actuación política concreta, pero todos tenían algunas ideas comunes: la conciencia de ser una minoría selecta, similares gustos artísticos o la pasión por la educación. Una preocupación común fue la apertura a las corrientes intelectuales y científicas de Europa y su traslación a España y a los países americanos de habla hispana.
Generación del 27
En la generación del 27, destacaron los poetas Pedro Salinas, Jorge Guillén, Gerardo Diego, Federico García Lorca, Rafael Alberti, Dámaso Alonso, Vicente Aleixandre, Miguel Hernández y Luis Cernuda.
Todos ellos fueron influenciados por el lenguaje poético de Góngora y por las formas populares del Romancero, pero también ejercieron una gran influencia las corrientes de vanguardia, como fue el surrealismo. Por tanto, además de escribir a los asuntos del ser humano (amor, muerte, destino, etc.), exploraron el mundo de lo inconsciente y pretendieron alcanzar la belleza absoluta a través de la poesía.