El mandato de Calvo Sotelo
Para suceder a Suárez en la presidencia del gobierno fue designado Leopoldo Calvo Sotelo. Cuando se desarrollaba en el Congreso la votación de investidura de este último como presidente del gobierno, se produjo la reacción más grave contra el proceso democrático: el intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981.
El teniente coronel Antonio Tejero, junto a un grupo de guardias civiles y algunas unidades militares, irrumpió en el Congreso, y el capitán general de Valencia, Milans del Bosch, sacó los tanques a la calle. Era el inicio de un golpe de Estado que tardaría horas en desactivarse. La aparición del rey en televisión, desautorizando a los rebeldes y exigiendo su rendición, fue decisiva al apostar en favor de las libertades. Los responsables del golpe fueron detenidos, juzgados y condenados a prisión.
La intentona militar puso de relieve la fragilidad del sistema democrático. El monarca convocó al día siguiente a los líderes parlamentarios para reafirmar la lealtad de todos con las instituciones. El 25 era investido Calvo Sotelo como presidente del gobierno y el 27 se celebraban en toda España manifestaciones multitudinarias en defensa de la democracia. Calvo Sotelo inició una política de consenso con el PSOE.
El gobierno delimitó al máximo el número de responsables en el golpe de Estado (32 militares y un civil), pero recurrió -con éxito- ante el Tribunal Supremo las bajas sentencias dictadas contra los golpistas por un tribunal militar.
El 22 de junio de 1981 se aprobó la Ley de Divorcio y el 30 de junio de 1982, la LOAPA, una ley pactada con el PSOE que pretendía limitar las competencias de las autonomías. Los nacionalistas la recurrieron ante el Tribunal Constitucional y, en parte, fue rectificada.
En cuanto a la política exterior, el gobierno no obtuvo el apoyo socialista respecto a la entrada de España en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). El 29 de octubre de 1981, con los votos en contra de las fuerzas de la izquierda, el Congreso autorizaba la tramitación para la adhesión de España a la OTAN.
Calvo Sotelo disolvió las Cortes y convocó elecciones para el 28 de octubre de 1982. El PSOE logró un triunfo espectacular y consiguió la mayoría absoluta, poniendo fin a la etapa centrista. Alianza Popular se situó en segundo lugar, pero muy lejos. Los nacionalistas se mantuvieron y el PCE sufrió un gran descalabro.
Leopoldo Calvo Sotelo falleció en Madrid, el 3 de mayo de 2008, a los 82 años de edad. Se convirtió así en el primer presidente difunto de la democracia, y el primero también en recibir honores de Estado y un solemne adiós tanto de políticos como de ciudadanos.
Para suceder a Suárez en la presidencia del gobierno fue designado Leopoldo Calvo Sotelo. Cuando se desarrollaba en el Congreso la votación de investidura de este último como presidente del gobierno, se produjo la reacción más grave contra el proceso democrático: el intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981.
El teniente coronel Antonio Tejero, junto a un grupo de guardias civiles y algunas unidades militares, irrumpió en el Congreso, y el capitán general de Valencia, Milans del Bosch, sacó los tanques a la calle. Era el inicio de un golpe de Estado que tardaría horas en desactivarse. La aparición del rey en televisión, desautorizando a los rebeldes y exigiendo su rendición, fue decisiva al apostar en favor de las libertades. Los responsables del golpe fueron detenidos, juzgados y condenados a prisión.
La intentona militar puso de relieve la fragilidad del sistema democrático. El monarca convocó al día siguiente a los líderes parlamentarios para reafirmar la lealtad de todos con las instituciones. El 25 era investido Calvo Sotelo como presidente del gobierno y el 27 se celebraban en toda España manifestaciones multitudinarias en defensa de la democracia. Calvo Sotelo inició una política de consenso con el PSOE.
El gobierno delimitó al máximo el número de responsables en el golpe de Estado (32 militares y un civil), pero recurrió -con éxito- ante el Tribunal Supremo las bajas sentencias dictadas contra los golpistas por un tribunal militar.
El 22 de junio de 1981 se aprobó la Ley de Divorcio y el 30 de junio de 1982, la LOAPA, una ley pactada con el PSOE que pretendía limitar las competencias de las autonomías. Los nacionalistas la recurrieron ante el Tribunal Constitucional y, en parte, fue rectificada.
En cuanto a la política exterior, el gobierno no obtuvo el apoyo socialista respecto a la entrada de España en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). El 29 de octubre de 1981, con los votos en contra de las fuerzas de la izquierda, el Congreso autorizaba la tramitación para la adhesión de España a la OTAN.
Calvo Sotelo disolvió las Cortes y convocó elecciones para el 28 de octubre de 1982. El PSOE logró un triunfo espectacular y consiguió la mayoría absoluta, poniendo fin a la etapa centrista. Alianza Popular se situó en segundo lugar, pero muy lejos. Los nacionalistas se mantuvieron y el PCE sufrió un gran descalabro.
Leopoldo Calvo Sotelo falleció en Madrid, el 3 de mayo de 2008, a los 82 años de edad. Se convirtió así en el primer presidente difunto de la democracia, y el primero también en recibir honores de Estado y un solemne adiós tanto de políticos como de ciudadanos.