La Semana Santa és sin duda, el periodo del año que ha experimentado mayor cambio de costumbres en un corto periodo de tiempo.
Antes, los días de Semana Santa se nos presentaban tristes, silenciosos y apagados, y los rituales religiosos se practicaban por casi todo el pueblo.
Ahora la cosa ha cambiado, y hemos pasado, sencillamente a un periodo de vacaciones de Primavera. Tiempo de viajes que van desde visitar a la familia, aprovechar las últimas nevadas o estrenar los primeros baños de agua y sol en las playas.
Aunque la simbología religiosa ha quedado recluída casi totalmente al ámbito de personas creyentes y practicantes, todavía quedan elementos más o menos folkloricos que nos recuerdan el fuerte contenido religioso que habían tenido estas fiestas.
Cuando yo era pequeña, La Semana santa era una época que se prohibía cantar canciones profanas porque había muerto Jesús; no se permitía ver cine si no eran películas de temas religiosos; no se bailaba ni se solían jugar juegos de azar.
Comer carne en días de Semana Santa estaba "prohibido" y las comidas eran sustituídas por otras que no la llevasen, como por ejemplo, El bacalao con tomate, o el Potaje de Semana Santa, a base de judías, garbanzos, bacalao y "pelotillas" (rellenos).
El día de Jueves Santo se iba a la Iglesia a "visitar el monumento", cosa que en Alconchel aún se sigue la tradicción.
En los pueblos o ciudades más grandes se visitaban varios, ya que en cada Iglesia o Capilla se ponía uno y consistía en poner una escalinata o mesa grande donde predomina el color morado, adornado con flores o hierbas olorosas del lugar y velas encendidas.
En los monumentos se guarda la Eucaristia el Jueves Santo, (Día del Amor Fraterno) para la comunión del Viernes Santo.
Besos para todos. Milagros
Antes, los días de Semana Santa se nos presentaban tristes, silenciosos y apagados, y los rituales religiosos se practicaban por casi todo el pueblo.
Ahora la cosa ha cambiado, y hemos pasado, sencillamente a un periodo de vacaciones de Primavera. Tiempo de viajes que van desde visitar a la familia, aprovechar las últimas nevadas o estrenar los primeros baños de agua y sol en las playas.
Aunque la simbología religiosa ha quedado recluída casi totalmente al ámbito de personas creyentes y practicantes, todavía quedan elementos más o menos folkloricos que nos recuerdan el fuerte contenido religioso que habían tenido estas fiestas.
Cuando yo era pequeña, La Semana santa era una época que se prohibía cantar canciones profanas porque había muerto Jesús; no se permitía ver cine si no eran películas de temas religiosos; no se bailaba ni se solían jugar juegos de azar.
Comer carne en días de Semana Santa estaba "prohibido" y las comidas eran sustituídas por otras que no la llevasen, como por ejemplo, El bacalao con tomate, o el Potaje de Semana Santa, a base de judías, garbanzos, bacalao y "pelotillas" (rellenos).
El día de Jueves Santo se iba a la Iglesia a "visitar el monumento", cosa que en Alconchel aún se sigue la tradicción.
En los pueblos o ciudades más grandes se visitaban varios, ya que en cada Iglesia o Capilla se ponía uno y consistía en poner una escalinata o mesa grande donde predomina el color morado, adornado con flores o hierbas olorosas del lugar y velas encendidas.
En los monumentos se guarda la Eucaristia el Jueves Santo, (Día del Amor Fraterno) para la comunión del Viernes Santo.
Besos para todos. Milagros
