Se dice que el cerebro es el gran desconocido a pesar de que con frecuencia aparecen investigaciones y estudios sobre su funcionamiento.
El cerebro de los políticos, por raro que parezca, también es ha sido objeto de análisis.
Un estudio realizado en una Universidad estadounidense, de la cual ahora no recuerdo el nombre, sostiene que tanto en los políticos republicanos como en los demócratas " hay una falta total de razonamiento" a la hora de tomar decisiones políticas. Dice este estudio que "Ninguno de los circuitos cerebrales que suelen estar involucrados en el razonamiento consciente, situados en el lóbulo frontal, estaba particularmente activo" que es como si dijéramos que el cerebro de los políticos destaca más por la intuición que por la razón.
Quizás ya Aristóteles tenía razón cuando decía que un orador que apela a la emoción puede hacerse con la audiencia aunque sus argumentos sean débiles.
El cerebro de los políticos, por raro que parezca, también es ha sido objeto de análisis.
Un estudio realizado en una Universidad estadounidense, de la cual ahora no recuerdo el nombre, sostiene que tanto en los políticos republicanos como en los demócratas " hay una falta total de razonamiento" a la hora de tomar decisiones políticas. Dice este estudio que "Ninguno de los circuitos cerebrales que suelen estar involucrados en el razonamiento consciente, situados en el lóbulo frontal, estaba particularmente activo" que es como si dijéramos que el cerebro de los políticos destaca más por la intuición que por la razón.
Quizás ya Aristóteles tenía razón cuando decía que un orador que apela a la emoción puede hacerse con la audiencia aunque sus argumentos sean débiles.