Con esta tendremos especial cuidado con la guindilla, no vaya a ser que nos pase lo que le pasó a mi amiga Ana, una vez que quiso celebrar su aniversario de boda preparando angulas; me explicó que, tantas guindillas les puso, que fue imposible comerlas, así que acabaron en el cubo de la basura... ¡Qué bruta, mi amiga Ana!