Transición renacentista: la escuela franco-flamenca
Gilles Binchois y Guillaume Dufay
El ducado de Borgoña poseía, hacia el siglo XV, la casi totalidad de las tierras que circundan las bocas del Rhin. Fue una época de extraordinario auge del comercio, circunstancia que convirtió a los señores de estos territorios en poderosos gobernantes. Este poder político y económico propició una floreciente actividad musical, con la creación de magníficas capillas musicales, sobre todo en los tiempos de Felipe el Bueno y Carlos el Temerario.
Musicalmente se siguieron las directrices del Ars nova, hasta llegar a un laborioso contrapunto de multitud de voces y a la utilización de la forma imitativa canónica.
El primer músico de la escuela franco-flamenca fue Gilles Binchois (hacia 1400-1460), en cuyo estilo influyó el inglés John Dunstable (hacia 1390-1453). Pero las tres grandes figuras de esta escuela fueron Dufay, Ockeghem y des Prés.
Guillaume Dufay (hacia 1400-1474). Autor de más de 150 composiciones entre misas, motetes y canciones, trabajó en la capilla papal del Vaticano.
Johannes Ockeghem (hacia 1425-1495). Gran maestro del contrapunto, está considerado como una de las glorias de su época, que ejerció mucha influencia en la producción musical de Francia, Italia y Alemania.
Josquin des Prés (hacia 1440-1521). Se le denomina «Príncipe de la música». Practicó con éxito todos los géneros de la época y, abandonando la Edad Media, se introdujo plenamente en el Renacimiento.
El gran músico de la escuela flamenca renacentista ya bien definida fue Orlando di Lasso (1532-1594). Más que representante de esta o aquella escuela o época, se le debe considerar un gran músico europeo de todos los tiempos, pues su estilo musical, de carácter cosmopolita, responde a una síntesis de tendencias diversas. Cultivó todos los géneros propios de su época y se interesó especialmente por las composiciones profanas, siendo el madrigal la forma en la que alcanzó mayor virtuosismo.
Gilles Binchois y Guillaume Dufay
El ducado de Borgoña poseía, hacia el siglo XV, la casi totalidad de las tierras que circundan las bocas del Rhin. Fue una época de extraordinario auge del comercio, circunstancia que convirtió a los señores de estos territorios en poderosos gobernantes. Este poder político y económico propició una floreciente actividad musical, con la creación de magníficas capillas musicales, sobre todo en los tiempos de Felipe el Bueno y Carlos el Temerario.
Musicalmente se siguieron las directrices del Ars nova, hasta llegar a un laborioso contrapunto de multitud de voces y a la utilización de la forma imitativa canónica.
El primer músico de la escuela franco-flamenca fue Gilles Binchois (hacia 1400-1460), en cuyo estilo influyó el inglés John Dunstable (hacia 1390-1453). Pero las tres grandes figuras de esta escuela fueron Dufay, Ockeghem y des Prés.
Guillaume Dufay (hacia 1400-1474). Autor de más de 150 composiciones entre misas, motetes y canciones, trabajó en la capilla papal del Vaticano.
Johannes Ockeghem (hacia 1425-1495). Gran maestro del contrapunto, está considerado como una de las glorias de su época, que ejerció mucha influencia en la producción musical de Francia, Italia y Alemania.
Josquin des Prés (hacia 1440-1521). Se le denomina «Príncipe de la música». Practicó con éxito todos los géneros de la época y, abandonando la Edad Media, se introdujo plenamente en el Renacimiento.
El gran músico de la escuela flamenca renacentista ya bien definida fue Orlando di Lasso (1532-1594). Más que representante de esta o aquella escuela o época, se le debe considerar un gran músico europeo de todos los tiempos, pues su estilo musical, de carácter cosmopolita, responde a una síntesis de tendencias diversas. Cultivó todos los géneros propios de su época y se interesó especialmente por las composiciones profanas, siendo el madrigal la forma en la que alcanzó mayor virtuosismo.