ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: La ópera en Nápoles...

La ópera en Nápoles

Retrato de Alessandro Scarlatti, que se conserva en el Liceo Musical de Bolonia
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La ópera bufa napolitana
En el siglo XVIII, Nápoles creó la ópera bufa como reacción ante la falta de comicidad que se dejaba sentir en los libretos de Zeno y Metastasio. Ópera bufa...
La ópera nació en Florencia, se enriqueció en Venecia y Roma y logró el máximo esplendor en Nápoles, donde adquirió características propias; de ahí que se hable de ópera napolitana.

En Nápoles encontró forma definitiva el llamado bel canto, del que se derivó un gran desarrollo de la técnica vocal, aunque, al mismo tiempo, el cantante buscaba su lucimiento personal y la música quedaba subordinada a los caprichos de aquel.

El principal representante de la ópera napolitana fue el siciliano Alessandro Scarlatti (1660-1725). Encontró su propio estilo con su primera obra Pirro y Demetrio. Aunque su ópera le debe mucho a la música instrumental, es, sobre todo, ópera cantada. A él hay que atribuirle el perfeccionamiento del aria, hasta tal punto que el aria da capo (la forma A-B-A, en la que, después de un trozo intermedio, se repite la primera parte desde el principio, da capo, adornándose con algunas coloraturas, en las que el cantante hace gala de su técnica y de su fantasía) sustituyó a todas las demás. Compuso más de cien óperas, con títulos como Mitrídates Eupátor, Telémaco y Griselda.

A Giovanni Battista Pergolesi (1710-1736) cabe el mérito de haber desarrollado y dado madurez a la ópera bufa, que, a pesar del éxito obtenido, no consiguió nunca desplazar a la ópera seria del lugar que esta ocupaba en la estimación popular. En su obra La serva padrona, con tres figuras y apenas decorados, logró un tipo de ópera que habría de conquistar el mundo. Tanto o más éxito que la propia ópera tuvieron los entremeses que, como era costumbre, se intercalaron en la representación.