El oratorio
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Los oratorios de Carìssimi
Giacomo Carìssimi fue la gran figura de la primera época del oratorio, a cuyo desarrollo colaboró aportando la función diferente y contrastada que tiene que...
El oratorio, como ya hemos visto, es una forma musical, con partes líricas y dramáticas, donde los personajes no actúan, sino que solamente cantan una historia. Además de los solistas intervienen el coro, la orquesta y un narrador o cronista de escena. Los primeros textos de los oratorios fueron bíblicos y escritos en latín; posteriormente fueron textos religiosos, de carácter educativo y moral y escritos en italiano.
El oratorio se inició prácticamente con la Representación del alma y del cuerpo, de Emilio de Cavalièri, ya citada como inicio de la ópera en Roma, que se escuchó por primera vez el año 1600.
El gran maestro de este género fue Giacomo Carìssimi (1605-1674), que lo construyó sobre bellas melodías, muy expresivas, en las que usaba grandes coros a los que llegaba a convertir en protagonistas. Se conservan trece oratorios del maestro, entre los que cabe citar Jefté, Jonás, El diluvio universal y El juicio de Salomón.
Otro músico que participó en el desarrollo del oratorio fue Alessandro Stradella (1644-1682), con su oratorio San Juan Bautista, de gran fuerza dramática y con melodías ricas y coloristas.
La plenitud del oratorio en Italia está representada por Alessandro Scarlatti, al que ya hemos estudiado como compositor de óperas en Nápoles, quien compuso catorce oratorios utilizando todos los recursos formales y expresivos que había empleado en sus óperas y en los que sacrificó el coro al esplendor vocal y a la explotación dramática de los efectos orquestales. Destacan sus obras Oratorio de la Asunción y Pasión según San Juan.
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Los oratorios de Carìssimi
Giacomo Carìssimi fue la gran figura de la primera época del oratorio, a cuyo desarrollo colaboró aportando la función diferente y contrastada que tiene que...
El oratorio, como ya hemos visto, es una forma musical, con partes líricas y dramáticas, donde los personajes no actúan, sino que solamente cantan una historia. Además de los solistas intervienen el coro, la orquesta y un narrador o cronista de escena. Los primeros textos de los oratorios fueron bíblicos y escritos en latín; posteriormente fueron textos religiosos, de carácter educativo y moral y escritos en italiano.
El oratorio se inició prácticamente con la Representación del alma y del cuerpo, de Emilio de Cavalièri, ya citada como inicio de la ópera en Roma, que se escuchó por primera vez el año 1600.
El gran maestro de este género fue Giacomo Carìssimi (1605-1674), que lo construyó sobre bellas melodías, muy expresivas, en las que usaba grandes coros a los que llegaba a convertir en protagonistas. Se conservan trece oratorios del maestro, entre los que cabe citar Jefté, Jonás, El diluvio universal y El juicio de Salomón.
Otro músico que participó en el desarrollo del oratorio fue Alessandro Stradella (1644-1682), con su oratorio San Juan Bautista, de gran fuerza dramática y con melodías ricas y coloristas.
La plenitud del oratorio en Italia está representada por Alessandro Scarlatti, al que ya hemos estudiado como compositor de óperas en Nápoles, quien compuso catorce oratorios utilizando todos los recursos formales y expresivos que había empleado en sus óperas y en los que sacrificó el coro al esplendor vocal y a la explotación dramática de los efectos orquestales. Destacan sus obras Oratorio de la Asunción y Pasión según San Juan.